Emanuel Terrón, el tapado de CAMBIEMOS

   El periodismo se ha ido transformando en algo feo, algunos por la necesidad de no perder la fuente laboral desde donde le bajan línea editorial, otros por falta de coraje para decir las cosas como son, otros por la incapacidad de plantearse la realidad diaria e investigar y muchos por buscar la famosa pauta.

Este fenómeno mundial que transformó a los grandes medios de comunicación en empresas se replicó en su máxima expresión en la Argentina y se aprecia aún más en los medios locales de distintas provincias, partidos y localidades, esta falta de ejercicio del periodismo ha llevado a que muchos reciban información parcial o tendenciosa.

Una nota a Emmanuel Terrón donde claramenta está direccionada a criticar la gestión del intendente Jorge Ferraresi, revela las intenciones de la gobernadora María Eugenia Vidal en probar el impacto y la aceptación de los vecinos de Avellaneda para incluir al joven abogado entre los candidatos de CAMBIEMOS en Avellaneda.

Dejando de lado el hecho del asesinato de Matías, hermano de Emmanuel, que conmovió a los vecinos, que originó reclamos y marchas de las que participé y en las que no faltó la violencia, algo de lo que casi ningún medio mencionó, ese reclamo legítimo de justicia fue por propia decisión de María Eugenia Vidal y algunos miembros de la familia desvirtuado y a pesar que otros medios están al tanto de reuniones privadas de la gobernadora, la familia y unos muy pocos vecinos, nadie ha dicho nada por el temor a que quienes no piensan sino solo reaccionan los critiquen.

En la nota en cuestión Emmanuel critica el cobro compulsivo de emergentología en la Tasa por Servicios Generales del municipio de Avellaneda, apuntando a que es indignante no poder decidir pagar o no el adicional, curiosa expresión de un abogado, ya que ocurre lo mismo con impuestos nacionales y provinciales, incluso si existiera una justicia independiente, muchos de los impuestos que se cobran tienen un vicio legal del que siempre se ha hablado pero nunca a prosperado en el concepto de que se suele cobrar en un mismo impuesto un porcentaje, naciona, provincial y hasta un aporte para algunas provincias, es decir que el vecino de Avellaneda financia el déficit de alguna provincia en su factura.

Los comentarios de Emmanuel en la misma nota, parecen más los de un ciudadano sin los estudios que el joven posee, que los de un profesional que sabe muy bien las obligaciones y atribuciones de los políticos, pero que además cuenta con línea directa con el gobierno provincial algo que para el común de los vecinos es imposible.

Con esto no quiere decir que no exista un pequeño porcentaje de verdad en su reclamo, pero hay mucho que está viciado de una tendencia política y que no se ajusta a la realidad.

Cuando plantea en la nota que se paga por una policía ciudadana, resulta curioso que un abogado equivoque el término, ya que lo que se cobra es por Protección Ciudadana, que es un grupo de empleados municipales que no poseen armas, ni tienen las facultades de la policía, mucho se ha escrito al respecto de este grupo que en la práctica no aporta nada a la seguridad teniendo en cuenta su formación, equipamiento y manejo político, sí deberían ocuparse los concejales de auditar qué presupuesto se asigna y cómo se ejecuta.

Hace mención a una anécdota sobre que un día miembros de la Policia Local le pidieron un cable para hacer un puente a la batería del patrullero y la verdad que aporta poco el mismo por varias cuestiones, en primer lugar la Policía Local aún pertenece a la Policía de la Provincia de Buenos Aires, por ende es responsabilidad del Ministerio de Seguridad que conduce Cristian Ritondo controlar y equipar esa parte de la policía, que un patrullero tenga problemas de batería no es algo relevante, me ha pasado de prestar una batería por una semana a un móvil hasta que repusieran la batería agotada y no por eso hice una publicación, entendiendo que si le pasa a cualquiera, el uso extremo de un patrullero hace que de todos los problemas estos sean los de menos importancia.

Respecto a otro tema que es de preocupación y discusión de los vecinos, pero del que nadie se ocupa, la falta de ambulancias, hice una presentación formal a la Defensora del Pueblo de Avellaneda la abogada María Laura Garibaldi y de todo lo que requerí, solo se me entregaron unas planillas que no aportan nada, ya que mostraba que los llamados por accidentes se atendieron y el insistir en que el municipio informe solo me generó enfrentarme con la defensoría que prefiere mantener una buena relación con el municipio en lugar de cumplir su rol, si el señor Emmanuel está realmente interesado en el tema de las ambulancias, lo invito a acompañar los pedidos y a buscar una solución o en su defecto que los vecinos sepan, que el tema de las ambulancias realmente les importa poco resolverlo incluso a los propios concejales de CAMBIEMOS, ya que resolverlo sería no tener un «caballito de batalla» político.

Considero muy importante que cada ciudadano tenga aspiraciones políticas, que participe de la política, pero no agitando fantasmas de lo que puede pasar o lo que pasó, no se puede volver el tiempo atrás, hay que reclamar justicia, pero también hay que trabajar para que los responsables políticos cumplan con sus oblogaciones, todos, Ferraresi, Garibaldi, los concejales, Vidal y Ritondo.

Lamento mucho que un joven abogado, que debe haber leído alguna vez que existe en el Constitución Nacional el Art. 16 de la igualdad de todos los ciudadanos, se reúna cada tanto con la gobernadora y un selecto grupo de vecinos de Avellaneda y no le sugiera se haga participar a todos y digo esto porque si le parece bien hablar para todos, mejor considero es que participen todos.

Esta historia de buscar a familiares de víctimas para desde el dolor y la sensibilidad que algunos casos causan en la gente para hacer política no es nueva, hay mucho casos en la historia, debemos aprender a no cometar los mismos errores, tal vez el más relevante para dar un ejemplo y que se entienda es el caso del señor Juan Carlos Blumberg, el que movolizó un contingente de ciudadanos que se autoconvocaron al Congreso a pedir justicia y seguridad, pero que cuando intervinieron algunos políticos los cambios generaron todo lo contrario y hubo que hacer modificaciones a la llamado por ese entonces la Ley Blumberg, ¿algo mejoró?, ¿algo cambio?.

 

Por Marcelo Ricardo Hawrylciw

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