El mundo entero pide por Shiva Nazar

  La joven iraní detenida de 26 años, es abogada y periodista, está detenida desde diciembre del 2009 y enfrenta graves cargos por los que la semana que viene podría ser condenada.

Su nombre, Shiva, quiere decir «expresiva» en persa. Y por expresarse a Shiva Nazar Ahari le puede costar la vida. Esta bloggera y activista por los derechos humanos iraní está presa desde el 20 de diciembre de 2009 y esta semana enfrentará un juicio en el que puede ser condenada a muerte.

Es que Shiva, de 26 años, está acusada de cometer moharebeh (enemistarse con Dios) por sus publicaciones a favor de presos políticos, detenidos ilegales y personas que han sufrido torturas y vejaciones en Irán. Y por haber participado de marchas en defensa de los derechos humanos.La acusación de moharebeh se basa en el artículo 186 del Código Penal iraní. Además, se le imputan también los delitos de «reunión y colusión para cometer un delito» (artículo 610) y «propaganda contra el Régimen» (artículo 500).

Shiva conoce la cárcel desde muy joven. Fue detenida en varias ocasiones por el régimen iraní. Estuvo asilada completamente durante 33 días, pasó semanas en celdas que parecían «cajas de zapatos» y hasta le impidieron comunicarse con su familia y sus abogados durante una de las detenciones.

La primera vez que estuvo presa tenía sólo 20 años. Era 2004 y estaba frente a una oficina de Naciones Unidas. Al año siguiente se transformó en uno de los miembros del Comité de Periodistas de Derechos Humanos (CHRR) en su país. Y empezó a escribir. Se recibió de abogada y se transformó en periodista. Una combinación explosiva para Teherán que la acusa de «perturbar el orden público a través de sus artículos en la página de Internet del CHRR y otros sitios y de actuar en contra de la seguridad nacional al participar en manifestaciones antigubernamentales».

La historia de esta bellísima mujer, que apenas se cubre el pelo con el velo islámico cuando está en público, se conoció en diciembre de 2009 cuando fue detenida junto a un grupo de mujeres que viajaban hacia el entierro del gran ayatolá Hossein Ali Montazeri, un defensor de los derechos humanos, en especial de los de ellas, en Irán. Un hombre que, a pesar de haber participado de la revolución islámica de 1979, en las últimas décadas dejó de caerle bien al gobierno de Teherán por sus proclamas pro-justicia e igualdad.

A la bloggera, a las que sus amigos recuerdan con lágrimas en los ojos ante la menor injusticia, las autoridades iraníes le habían advertido que si viajaba al funeral del gran ayatolá corría riesgo de ser detenida. Shiva había dejado la cárcel apenas tres meses antes por participar de marchas a favor de los derechos humanos. Cualquier traspié la llevaría de nuevo a la cárcel. Se lo dijeron y cumplieron.

Por eso, la ong Reporteros sin Fronteras lanzó una campaña para juntar firmas que salven a Shiva y a sus profundos ojos negros. Sólo hay que completar un formulario online. Amnesty International también advirtió sobre los peligros que corre Shiva y pidió ayuda a la comunidad internacional.

Si se la condena, Shiva tiene dos nefastos caminos por delante que van desde una larguísima estadía en la cárcel hasta la mismísima pena de muerte. El tribunal que la juzgará a partir del 4 de septiembre -la Sección 26 del Tribunal Revolucionario de Teherán- tiene el poder discrecional para decidir si su «ofensa» es tan grave como para ser considerada un acto de «enemistad contra Dios» y eso, en su país, se paga con la vida.

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