El 29% de los porteños vive solo

Mientras que el promedio en el país es de 15% de las viviendas monoparentales, los datos actualizados en la ciudad marcan que, en Recoleta, por ejemplo, el 43% de los hogares tiene un solo habitante.

La Dirección General de Estadísticas y Censos del gobierno porteño registra más de 350.000 hogares unipersonales; esto es el 29% del total en la Capital.

La cifra adquiere por estas horas una relevancia especial a la luz de la trágica historia de Lucas Rebolini Manso, el hijo fallecido de los actores Antonio Grimau y Leonor Manso, que vivía solo en un departamento en la zona de Barrio Norte.

Mientras que el promedio en el país es de 15% de las viviendas monoparentales -según el censo de hogares realizado en 2001-, los datos actualizados en la ciudad marcan que, en Recoleta, por ejemplo, el 43% de los hogares tiene un solo habitante; en Puerto Madero, el 37%; en Belgrano, el 35%, y en Palermo, el 34%, mientras que esa característica tiende a bajar en los barrios del sur y del oeste de la ciudad.

Lo llamativo es que la cifra se viene incrementando considerablemente desde hace una década, especialmente en las zonas de mayor poder adquisitivo.

Según publica hoy el diario La Nación, «eso no implica que aumente la cantidad de personas solitarias en la ciudad, sino que «la formación de una familia no es la única opción que hoy tienen las personas«, explicó María Cristina Castillo, docente del posgrado de clínica psicoanalítica con pareja y familia del Centro Dos.

«Quienes viven solos por elección, y en eso hay que separarlos de aquellos que lo hacen forzados por las circunstancias, eligen cada momento en los que quieren estar acompañados y en los que quieren estar solos; en general no pasa por problemas de vínculos, sino por la priorización de decisiones individuales«, comentó la especialista en relaciones familiares.

Uno de los fenómenos que pueden aparecer frente a estas características de la sociedad, que se da en mayor medida en los grandes centros urbanos, es el envejecimiento de la gente, como se da en la población europea. 

Más allá de casos particulares, la opción de vivir solo por elección no implica necesariamente la pérdida de lazos sociales.

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