Un Fiscal ordenó que se divulgue una imagen del rostro de Marcelo Adrián Segovia, quien se fugó de la cárcel siete días después de ser condenado a 29 años de prisión por el crimen del comerciante Emiliano Martinó.
El titular de la Fiscalía Descentralizada de Florencio Varela, Hernán Daniel Bustos Rivas, ordenó la difusión de la imagen de Segovia, quien se fugó hace 12 días de la Unidad Penal 23 de ese distrito, donde había sido trasladado bajo fuertes medidas de seguridad.
Segovia había sido condenado el 13 de julio último por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de La Matanza y se lo declaró reincidente.
El fiscal del juicio por el crimen de Martinó (33), Sergio Antín, había calificado a la fuga como «muy extraña» ya que, de acuerdo a la comunicación oficial del Servicio Penitenciario bonaerense, «se produjo el viernes en horas de la tarde cuando Segovia fue visitado por su concubina, Natalia Vallejos, la misma que en el juicio dijo que hacía cuatro años que estaba separada».
«El Servicio Penitenciario dio una pobre explicación. Dicen que la última vez que lo vieron a Segovia fue en la visita, cuando estaba caminado por uno de los pasillos del pabellón con su novia y que incluso recién se dieron cuenta de su fuga a la noche, en el recuento», dijo Antín.
A raíz de esta fuga, la titular del Servicio Penitenciario, Florencia Piermarini, dispuso la separación de sus cargos de cinco oficiales jefes del penal, entre ellos el director, y ordenó un sumario administrativo, informaron fuentes de la institución.
El fiscal contó que «por una cuestión de seguridad» solicitó que a la familia Martinó se le asigne custodia por temor a que el prófugo pretenda tomar represalias.
Segovia fue condenado tras un juicio oral por «homicidio en ocasión de robo, en concurso real con portación de arma de guerra», al igual que sus cómplices: Gonzalo Prelis (29), quien recibió una pena de 27 años de prisión, y Claudia Pérez (36), una de 26 años de cárcel.
En su fallo, los jueces del juicio Andrea Shiebeller, Alfredo Drocchi y Matías Rouco consideraron acreditado que la pistola calibre 9 milímetros con la que mataron a Martinó fue disparada por Prelis; no obstante, ordenaron investigar toda la actuación policial para determinar si se cometió algún delito.
Es que el abogado Alberto Fornaro, en representación de la viuda, y su colega Lucas Randi, por Martinó padre, pidieron en sus alegatos que dos efectivos de la comisaría de Lomas del Millón sean investigados por «homicidio calificado» ya que les atribuyeron a ellos los balazos que terminaron matando al joven.
De todas formas, los representantes del particular damnificado habían pedido condena a los tres enjuiciados por el delito de «homicidio en ocasión de robo», ya que los responsabilizaban por provocar el tiroteo.
Por su parte, el fiscal Antín había reclamado la pena de prisión perpetua para los tres, a quienes acusó en su alegato por «privación ilegal de libertad seguida de muerte».
El hecho
Todo ocurrió a las 0:30 del 14 de junio de 2010 cuando Martinó llegó con su esposa y su bebé de nueve meses a su casa de la calle Beruti al 100, de Ramos Mejía, de La Matanza, luego de trabajar en una de las dos pizzerías que tenía en Ciudadela.
La familia fue abordada por cuatro delincuentes que ingresaron a la vivienda y robaron dinero, alhajas y algunos electrodomésticos. Un vecino llamó al 911 y varios patrulleros llegaron a la casa, por lo cual los delincuentes decidieron huir en la camioneta Peugeot Partner de Martinó, con éste de rehén y al volante.
En la huida se inició un tiroteo y a unas cinco cuadras de la vivienda el rehén se arrojó del auto y recibió un tiro por la espalda, a la altura del omóplato izquierdo, que lo mató.
Tras el intercambio de balazos, uno de los ladrones murió y otros tres fueron detenidos, quienes habían intentado descartar las armas, entre ellas la homicida, que no obstante fueron halladas.