Un informe de la Auditoria General de la Nación relevó que la fuerza usa armas y chalecos antibalas vencidos. Los equipos tienen en promedio 30 años y están desactualizados.
Los agentes de la Policía Federal utilizaron durante dos años balas y chalecos antibala vencidos, según reveló un informe de la Auditoria General de la Nación (AGN), realizado entre 2008 y 2009.
Si bien empezaron a hacerse los recambios y reposiciones necesarios, todavía está lejos de reponerse todo el material, que llegó a afectar a más de la mitad de los 38.000 efectivos de la fuerza.
El informe de la AGN relevó el estado del equipamiento de la fuerza federal durante 2008 y el primer semestre de 2009, pero el dictamen recién fue aprobado en noviembre pasado.
El jefe político de la Policía Federal durante el período auditado era el ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, que estaba a cargo de Aníbal Fernández, y la institución estaba al mando del Comisario General Néstor Vallecca.
De los 38 mil integrantes que tiene la planta permanente de la Policía Federal una parte importante corresponde a personal administrativo y médico, que no porta armas ni usa chalecos.
De acuerdo al informe de la AGN, el presupuesto de la fuerza era de $1.949.255.209 y el 79,9%, unos $1.558.449.615, se destinaron a gastos en personal.
Tras la asunción de Nilda Garré al frente del Ministerio de Seguridad «se comenzó a modernizar técnica y tecnológicamente la institución», anunciaron fuentes de la cartera, según publicó un periódico nacional.
«Un total de 21.000 agentes, entre oficiales y suboficiales, porta la pistola marca FM [Fabricaciones Militares] licencia Browning de simple acción, con una antigüedad de 30 años. Según información de la Policía Federal, estas pistolas están desactualizadas ante el avance tecnológico, que aconsejaría el uso de pistolas de doble acción, seguro automático de percutor y mayor capacidad de carga», indicó la AGN en el informe.
Luego de conocido este estudio, la Policía Federal anunció que inició el proceso para la adquisición de 18.000 pistolas con sistema de disparo de doble acción, ambidiestras y con seguro automático.
Autoridades de la PFA explicaron a los auditores que al personal que contaba con armas de simple acción le estaban cambiando las pistolas de calibre 9 milímetros por las del modelo Thunder de la marca Bersa.
En total se trata de 14.542 chalecos antibalas reportados como vencidos en este informe. Los mismos no eran entregados individualmente sino que se destinaban a las dependencias, y un mismo chaleco podía ser utilizado por hasta tres oficiales.
En ese relevamiento se explicó que «en el ejercicio 2009 se habría emitido la orden de compra por la cual se preveían ingresos mensuales para las fuerzas beneficiadas. Se concretó la entrega de dos partidas de 1200 chalecos cada una a la PFA».
En cuanto a las armas, las fuerzas de seguridad ya reemplazaron algunos equipos. En cuanto a sus modelos, señalaron que se deben utilizar Browning 9mm: pistola semiautomática con capacidad de 13 disparos y simple acción -se debe montar el martillo antes de realizar el primer tiro-. Y Bersa Thunder calibre 9 mm: pistola semiautomática con capacidad de 13 a17 disparos y doble acción -el martillo se monta automáticamente al ser jalado el gatillo.
Que el informe se halla demorado políticamente por casi cuatro años, solo puede tener una lectura, y esta es que existe una interna política aún vigente en el propio gobierno.
Los familiares de los policías asesinados durante estos años, deberían recurrir a la justicia, para que esta determine si los chalecos utilizados se encontraban en condiciones o estaban vencidos, al igual que los que hayan tenido consecuencias por fallas en las armas reglamentarias proveídas por la fuerza.
Por otro lado, conocido el informe, estaría muy bien que el senador Aníbal Fernández, intente explicar lo inexplicable de una gestión a cargo de las fuerzas de seguridad que fue olvidable.