Daniel García y Guillermo Castro Moure, dos simuladores muy caros

Uno es el «Defensor del Pueblo» de Avellaneda, título muy impactante pero que le queda muy grande, el otro es el «Fiscal General» del Departamento Judicial de Avellaneda-Lanús, sus cargos deberían ser honrados ya que muy caros nos cuestan a los ciudadanos que deberían representar, pero no, ellos disfrutan de sus cargos y les gustan más las redes sociales que hacer su trabajo.

Daniel García tiene una trayectoria con más escándalos y denuncias que méritos, algo que se condice con su condición de político y como tal pasó del PRO al oficialismo con el solo objetivo de seguir viviendo del Estado, no porque no tenga negocios rentables en lo privado sino porque siempre viene bien el cargo para sumar, para hacer más negocios y de paso garantizarle un cargo a su hija que curiosamente no vive hace muchos años en Avellaneda, con lo que estimo, será una costosa asesora online en el mejor de las casos.

El otro es Guillermo Castro Moure, jefe de los fiscales de Avellaneda y Lanús, sí, esos que los vecinos putean en todos los dialectos cuando un nuevo hecho de inseguridad los tiene como víctimas, pero este señor al igual que García, ya siendo fiscal de Avellaneda solo se dedico a coquetear con los intendentes Jorge Ferraresi y luego con Cambiemos en el poder con Néstor Grindetti con quien selló un acuerdo para ser Fiscal General. Solo en la Argentina los funcionarios son nombrados con todos los atributos y el nuevo sueldo sin tener espacio físico, así, Guillermo Castro Moure, estuvo más de dos años sin hacer su trabajo de Fiscal General y cuando inauguraron el nuevo edificio judicial «Beatriz Mendoza», pasó un año sin poder ejercer el control de las causas por no contar con los insumos, ni con conexión a la Procuración General de la Provincia de Buenos Aires.

Así, ambos, nos cuestan muy caros a los ciudadanos, nombran asesores, generan gastos de representación, pero sus actividades no han producido ninguna mejora para los vecinos de Avellaneda, eso sí, sus redes sociales están llenas de fotos y videos, dicen hacer reuniones que nunca explican cuál es la relevancia con sus funciones y así siguen, con la complicidad de los políticos, de sus superiores y de una comunidad que por desconocimiento no sabe dónde denunciar o reclamar por la inacción de estos dos personajes que son un gasto injustificado.

Para peor, ni uno ni otro tienen vergüenza, están cómodos y como no deben dar explicaciones porque nadie se las pide. Curiosamente existe un silencio cómplice de los medios locales, que viven del dolor de los vecinos, publican los hechos criminales con morbosidad, alientan el malestar y las marchas, pero se hacen los distraídos en eso de informar la verdad y de aportar algo productivo a la sociedad, nunca le dicen quienes son los responsables.

Vea bien la foto y recuerde esas caras, ellos, son los que cobran sueldos millonarios, no justifican su patrimonio, no dan explicaciones por sus gastos, por los nombramientos y mucho menos por su ineficiencia.

Por Marcelo Ricardo Hawrylciw

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