Clarín invade el espacio público y despide trabajadores con total impunidad

Si hay cosas que CAMBIEMOS vino a concretar no fueron las promesas de campaña, sino a mostrar que a pesar de las veces que el presidente Mauricio Macri ha asegurado que con su gobierno se terminó la corrupción y la impunidad, las cosas están muy lejos de la tan trillada frase de que «todos somos iguales ante la Ley».

La cosa se agrava en el caso de la Ciudad de Buenos Aires, donde esto no solo no se cumple a pesar de ser una garantía constitucional, sino que sobran ejemplos de usurpación del espacio público donde no solo los funcionarios dependientes del Jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta incumplen con sus obligaciones, sino que hasta prestan con impunidad efectivos policiales para cuidar lo ilegal.

Oportunamente solicitamos informes sobre la calle usurpado hace ya años por el coqueto TENIS CLUB ARGENTINO, que ocupó y explota parte de la calle AV. Valentín Alsina al 4300 donde funciona el estacionamiento para los socios impidiendo que cualquier ciudadano pueda estacionar, maltratando a la gente con personal de seguridad que incluso llama a la Policía de la Ciudad y le da ordenes, esta irregularidad fue reconocida por el Gobierno de la Ciudad pero no tomó ninguna medida al respecto, ni siquiera el correspondiente sumario administrativo para deslindar responsabilidades y sancionar al funcionario infiel.

Todos los ciudadanos fuimos testigos de desalojos violentos a vendedores o trabajadores que en protestas fueron incluso detenidos y el Gobierno de la Ciudad justificó la violencia con la frase de «NO VAMOS A PERMITIR QUE NADIE OCUPE EL ESPACIO PÚBLICO».

Si esas son las reglas de juego, aceptadas incluso por los funcionarios judiciales que o demoran las denuncias o miran para otro lado dependiendo de quien sea NADIE, estamos frente a un delito por parte de quienes no hacen cumplir la Ley y por parte de quienes con total impunidad se creen por sobre las instituciones, la Ley y el resto de los mortales.

El Grupo Clarín, generó un conflicto con los despidos de sus trabajadores los que sin recibir la notificación legal, se enteraron al llegar al ingreso del vallado que no podían ingresar por estar despedidos, así, sin respeto por la dignidad de quienes les entregaron muchas horas para un medio que pregona la mano dura, criminaliza los reclamos, pero no tiene vergüenza para llevarse por delante las normas vigentes.

Si comparamos a artesanos, vendedores ambulantes o ciudadanos reclamando, lo del Grupo Clarín es muy grave, le sobran abogados para consultar si sus acciones se ajustan a derecho o no, incluso colocaron un abogado en la Suprema Corte, con lo cual sus acciones ensucian al propio Ministro de la Corte por eso que decía el Martín Fierro de hacete amigo del juez».

Comparto el hecho de que el gobierno reclamara los costos de haber ido a buscar a Samid que movilizó a dos policías federales, pero si todos somos iguales ante la Ley, debería el Grupo Clarín pagar el gasto de tener dos camiones con efectivos de la Policía de la Ciudad las 24 horas uno frente al edificio de la calle Tacuarí 1846 y el otro a metros de la esquina de Piedras y Finochietto.

Tampoco se entiende que SIPREBA a la fecha no denunciara en la justicia a los responsables de permitir esta medida, que afecta la dignidad de los trabajadores, no hay a la fecha un motivo real que avale el vallado total de la calle Piedras en casi 100 metros que además invade en más de un 50% la bicicenda donde se podría provocar un accidente ya que las mismas son angostas y el propio Gobierno no hace respetar sus supuestas creaciones en beneficio de los vecinos.

Lo de Clarín es un delito, acá no se trata de ejercer el periodismo, se trata de que una empresa respete las leyes, incluidas las laborales, pero Clarín ante un gobierno débil se muestra fuerte, porque Clarín, el Grupo Clarín no es un condominio de empresas, es una usina de poder.

Por Marcelo Ricardo Hawrylciw

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