Para el Fiscal del caso, la mujer habría asesinado a su hija a golpes. El marido está sospechado de haber colaborado para hacer desaparecer el cuerpo de la víctima, de 7 años.
Luego del macabro hallazgo del cuerpo de una niña de 7 años, que estaba desaparecida desde el sábado pasado, la policía detuvo a la madre de la pequeña y al padrastro, sospechados de haberla asesinada.
El Fiscal de Berazategui, a cargo del caso, cree que la mujer mató a golpes a su hija, y para ello fue vital el testimonio del hermanastro de la nena, quien reveló que la víctima sufría a diario golpizas por parte de su madre.
El padrastro de Priscila Lafuente está sospechado de encubrir el crimen y haber ayudado para desprenderse del cuerpo. El fiscal acusa al hombre, bombero de actividad, de haber sido el responsable de quemar el cadáver y luego tirarlo al pozo, parcialmente calcinada y envuelta en una bolsa a la vera de un arroyo del partido bonaerense de Berazategui, informó C5N.
La pareja quedó detenida y este miércoles será indagada. Entre los datos que llamó la atención a los investigadores está que la denuncia de la desaparición de Priscila se dio 36 horas después de tener registro de ella. Otro aspecto que tuvieron en cuenta los pesquisas es que la nena vivía con su papá, en la localidad de Lanús, pero desde hace dos meses estaba al cuidado de su madre.
El Superintendente de Seguridad de la Policía Bonaerense, comisario general Osvaldo Castelli, confirmó por la tarde que el cuerpo «fue reconocido por el padre de la niña» y fue hallado en el arroyo situado en Mitre y la calle 44, en esa ciudad del sur del conurbano.
«El arroyo tiene unos siete metros de ancho, está enclavado en pastizales y arbustos, y el cuerpo estaba en el agua, entre los arbustos», dijo Castelli a la prensa.
Según determinaron los peritos de la Policía Científica, el cadáver presentaba quemaduras en un 80 por ciento, lo que impidió en un primer momento determinar su sexo y edad.
Además, por el estado de descomposición que presentaba y sus quemaduras, la policía aún no estableció si presentaba lesiones, dato que se conocerá en las próximas horas luego de ser sometido a una autopsia.
La víctima, identificada como Priscilla Lafuente, era hija de un matrimonio vecino de la zona que actualmente estaba separado.
Si bien vivió varios años con su padre, en la actualidad estaba con su madre, quien denunció la desaparición ante la policía, aunque, según trascendió, la hizo casi un día y medio después de que la nena fue vista por última vez.
Asimismo, ya a la tarde voceros deslizaron que en el entorno familiar habría habido problemas de violencia familiar, pero el jefe policial rehusó brindar mayores detalles para no entorpecer la investigación.
Lo que sí indicó Castelli fue que tras la denuncia por búsqueda de paradero de la menor se estableció un «protocolo» de búsqueda.
Así, los detectives fueron a casas de amigos de la víctima, estaciones ferroviarias y hospitales, comentó, y señaló que luego «se revisaron campos y arroyos», hasta que fue hallada sin vida.
«Es una circunstancia que llama la atención la cantidad de horas que han pasado desde su desaparición (hasta la denuncia), pero nos interesa fundamentalmente agotar todas las circunstancias para dar con el responsable del hecho y ponerlo a disposición de la Justicia», indicó el jefe policial.
En ese marco, contestó ante una consulta que la demora en la denunciar «no la convierte en sospechosa» a la madre, pero «hace que el protocolo de búsqueda se realice en forma tardía».
Castelli indicó también que además de la autopsia, los expertos realizarán un estudio de ADN «para certificar fehacientemente la identidad» de la niña ya que estaba indocumentada. Los peritos de la policía analizaban la escena del hallazgo en busca de pruebas, entre ellas posibles huellas de vehículos o calzados al costado del arroyo, para determinar así de qué manera la niña fue llevada hasta ese lugar y donde fue prendida fuego.
El caso es investigado por la Unidad Funcional de Instrucción 3 descentralizada de Berazategui, a cargo de Gabriela Mateos.
Algunas características del caso remiten al crimen de Candela Rodríguez, quien después de varios días de estar desaparecida fue hallada asesinada dentro de una bolsa. Ese homicidio, perpetrado en 2011, aún permanece impune.