Benedicto XVI separó de su cargo a Roger Vangheluwe, quien durante muchos años abusó de un religioso y ahora pidió disculpas en una carta.
La Iglesia pasa sus peores días en medio de los escándalos por pedofilia. En las últimas horas, el Papa debió separar de su cargo a un obispo belga por haber violado durante años a un monaguillo, tal su confesión en una carta y su posterior renuncia.
Benedicto XVI vive momentos difíciles tras conocerse un caso tras otro de clérigos abusadores de niños y adolescentes. Ya no tiene tole para ellos ni para los responsables de haber encubierto a los pedófilos anteponiendo «el prestigio de la Iglesia» a las víctimas, para evitar los escándalos que hoy se conocen.
Al anunciar la dimisión forzada del obispo de Brujas, monseñor Roger Vangheluwe, el arzobispo de Bruselas Anre-Joseph Leonard, dijo que «la Iglesia Católica vive hoy una jornada negra».
«Estoy profundamente disgustado por lo que he hecho y presento mis excusas más sinceras a la víctima, a su familia y a la sociedad en general», dijo el obispo renunciante en su intento de pedir disculpas.
Vangheluwe dio detalles de la relación con el joven monaguillo. Todo había comenzado cuando «era un simple sacerdote». «Por un cierto tiempo al comienzo de mi episcopado he abusado sexualmente de un joven cercano a mí. La víctima está aún marcada», dijo sobre su abuso al muchacho. Sus confesiones fueron escritas en una carta difundida por la Sala de Prensa de la Santa Sede.
«He pedido perdón», dijo Vangheluwe, consagrado obispo en 1984. Su caso fue presentado por la prensa como el primero de un episcopal acusado directamente de abusos sexuales sobre un menor, mientras que el Papa está «renunciando» a altos prelados por haber encubierto a los pedófilos.
Sin embargo, hubo un antecedente que fue la dimisión del obispo noruego de origen alemán Georg Muller, el pasado 7 de abril, tras confesó haber abusado sexualmente de un adolescente hace veinte años. Si bien Muller había renunciado en junio 2009, su dimisión fue congelada hasta que el Vaticano decidió actuar contra los curas pedófilos.
Pese a estar castigando a los abusadores y encubridores, los críticos afirman que el Papa aún no pidió disculpas ya que lo señalan como el máximo responsable de la ortodoxia y la disciplina de la Iglesia.
Según las estadísticas, en sólo un mes renunciaron siete obispos a los que Benedicto aplicó la renuncia forzada prevista en el Código Canónico, artículo 401, donde se les pide «encarecidamente» a los episcopales “presentar la dimisión si por enfermedad u otra causa grave quedase disminuida su capacidad de desempeño”.
Por su parte, en Irlanda, el Sumo Pontífice aceptó la dimisión del obispo James Moriarty, y ahora seguiría el retiro con deshonor de otros dos obispos auxiliares de Dublin, en este caso por haber encubierto durante años a abusadores. Otro que estaría en lista de retiros es el cardenal irlandés Sean Brady, en iguales circunstancias.
Mientras que los informes de Ryan y Murphy, que se conocieron el año pasado, aseguraron que durante 70 años muchos chicos y adolescentes de ambos sexos sufrieron abusos sexuales y violencias de todo tipo en uno de los países más católicos del mundo. La limpieza de fondo de Benedicto XVI sigue en camino. Se lo había prometido a los fieles como deber moral contra las acciones que desprestigiaron a la Iglesia de Irlanda.