El allanamiento a La Brújula 24 ordenado esta mañana por el Juez Federal bahiense Santiago Ulpiano Martínez tenía dos objetivos centrales: presionar a este medio para que divulgara los nombres de sus fuentes de información en el caso Suris e impedir que tomara estado público una escucha telefónica extraída de la causa que iba a ser publicada en los próximos días.
El audio de esta comprometedora escucha fue grabado en noviembre de 2013. El líder narco todavía estaba libre y al día siguiente debía declarar ante la justicia por la causa de las facturas truchas.
En la conversación, que forma parte de las 2000 horas de comunicaciones telefónicas intervenidas por la justicia, Suris recibe consejos de un conocido delincuente que lo asesora sobre la forma más conveniente de actuar ante la justicia.
Hasta allí, nada que pudiese asombrar a quien siguiera de cerca el caso. Pero la clave de esta charla que perturba a cierto sector del poder judicial, llega en determinado momento cuando, para convencerlo de seguir sus recomendaciones, el sujeto le asegura mantener una amistad con el fiscal Federal de Bahía Blanca Antonio Castaño, casualmente el mismo fiscal que interviene en la causa “mordaza” contra la Brújula 24 y que pretende que este diario digital divulgue la identidad de sus fuentes de información en el caso.
