Advierten sobre las consecuencias en menores de 18 años. Un informe indica que 7 de cada 10 alumnos de escuelas secundarias lo hacen de manera habitual.
En el país, el consumo de alcohol en niños y adolescentes sigue en aumento y frente a las elevadas cifras, desde la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) se pronunciaron sobre la problemática y recomendaron «alcohol cero» en los menores de 18 años.
En efecto, según el último informe del Observatorio Argentino de Drogas, 7 de cada 10 alumnos de escuelas secundarias han tomado alguna vez en la vida bebidas alcohólicas, mientras que 6 de cada 10 mayores de 15 años lo hicieron durante el último mes.
«Si bien los valores son altos, están acorde a la media mundial. Lo que sí es significativo es que los jóvenes cada vez consumen a menor edad, lo que obliga a que se tomen medidas de prevención», sostuvo en diálogo con Crónica la médica pediatra Graciela Morales (MN 43.417), quien se especializa en adolescencia y es secretaria del Grupo de Trabajo en Adicciones de la SAP.
La profesional detalló los principales problemas del consumo de alcohol por parte de los adolescentes: «Como el organismo a esa edad no está lo suficientemente maduro, el hígado no puede metabolizar de forma correcta el alcohol, y así alcanzan la borrachera más rápido que un adulto. Asimismo, el consumo en el adulto se da en el marco de una actividad social, mientras que los adolescentes suelen saltearse la comida y consumen directamente con el estómago vacío, por lo que los daños a nivel cerebral y físico son mayores».
El cerebro alcanza su desarrollo completo entre los 20 y 22 años, por lo que el consumo de bebidas alcohólicas a edades tempranas puede significar un daño irreversible. En este contexto, el impacto sobre las neurona es mayor e impide la formación adecuada del órgano. «Si el consumo es continuo y abusivo, el adolescente puede tener un retraso a nivel de aprendizaje, ya que puede sufrir daños en la memoria», alertó Morales.
«Otro gran problema son los accidentes de tránsito. Los chicos que salen alcoholizados pueden ser víctimas o responsables. Además, se incrementan las peleas a la salida de los boliches, por lo que las lesiones durante los fines de semana crecen notablemente«, agregó la pediatra.
Además, la profesional señaló que también son propensos a contraer enfermedades de transmisión sexual, ya que «los jóvenes pueden tener relaciones con desconocidos con o sin protección, lo que acarrea infecciones y hasta embarazos».
Respecto a las políticas públicas referidas a la concientización y prevención, Morales explicó que las precauciones son más bien comunitarias, como controles de alcoholemia y la prohibición de la venta a menores de 18 años. Si bien también hay programas de prevención en las escuelas, los profesionales enfatizan en que lo ideal sería un plan sistemático de prevención integral, conformado por la sociedad, las escuelas y las familias.