Argentina un paraíso de pocos y un infierno de muchos

Pasan los años, los gobiernos, sean de facto o democráticos, pocas cosas cambian, algunos son más ostentosos para marcar las diferencias sociales y ubicar a cada uno en la rama o clase social que debe hamacarse y otros darán algún alivio a las clases más bajas para que el grito del populismo los aliente a seguir con el circo, sí así como hacían los romanos en el Coliseo, Panem et circenses.

La CORRUPCIÓN, existe en el mundo entero, no hay país libre de ella, menos en los ámbitos donde el poder es sinónimo de negocios millonarios, porque los mejores negocios, los más rentables no son los legales que siempre tienen un margen de pérdida, hay que empezar a decir las cosas como son, hasta los agentes inversores ponen un huevo en emprendimientos que se sabe su origen es dudoso.

Pero en la Argentina el gran problema no es la corrupción, sino la IMPUNIDAD, cuando no hay castigo para los ideólogos o «cabezas» de los delitos, entonces la corrupción es amplia y se fortalece, como una especie de mancha venenosa termina sumando corruptos y eso genera cómplices.

Esta situación es transversal, no es casualidad que en la Argentina crezca la desigualdad y la violencia, las causas las conocen muy bien los políticos, los funcionarios judiciales y la Iglesia, sumando a los principales actores sociales, pero curiosamente TODOS tienen propuestas que no contribuyen a una solución sino a generar una especie de entretenimiento morboso para distraer, como el guion de una película donde para que funcione se debe crear un conflicto, que debe ser creíble para generar una ilusión, cuando más subtramas tenga mucho mejor porque se resuelve una pero siempre está el conflicto principal latente y a la espera que se desarrolle un nuevo conflicto.

Sí de alguna manera los argentinos somos espectadores de una película bizarra con actores que tienen sus seguidores, unos son villanos, otros parecen buenos, otros van y vienen, pero la historia sigue de forma cíclica.

El concepto americano de que el periodismo era «el 4 Poder» se fue licuando cuando los medios fueron comprados por empresarios a los que el ejercicio del periodismo no les interesaba, pero sí querían ese poder de poder interpelar a los poderosos escudados en la «libertad de prensa» a la que no se podía someter públicamente pero sí adecuar a los tiempos actuales, las Leyes protegen la libertad de prensa de ataques, pero no de ser comprada o negociada.

Así entre las nuevas carreras universitarias, se generaron varias carreras vinculadas al periodismo y ya los títulos nos hablan no de periodistas sino de «comunicadores», algo muy distinto a un periodista, pero tan poco tratado el tema que la gente suele confundir al comunicador o presentador de noticias con un periodista.

Una breve y general definición nos dice lo siguiente:

Un comunicador es una persona como organización que se dedica a transmitir eficientemente un mensaje a un público objetivo a través de un medio de comunicación; también es quien realiza un trabajo social para informar, expresar y convencer en cualquier medio masivo de comunicación. Se le considera estratega, gestor, y mediador de procesos comunicativos.

Más allá de la definición políticamente correcta, un comunicador suele ser un difusor de «opinión pública», y alguien que ayuda a establecer la agenda.

Ergo, la tarea del comunicador es la de contarnos la realidad en lugar de informarnos y la forma de contarla dependerá del medio para el que trabaja.

Así gran parte de esos evasores de divisas son los que controlan o son dueños accionarios de medios, a ellos los mueve el dinero y no la verdad, son obsecuentes y la Patria no es lo primero ni el otro, algunos si disimularlo y otros con posturas fingidas.

Ninguno de los gobiernos que pasaron como tampoco el actual, han tenido como compromiso repatriar la fuga o en su defecto encarcelar a los evasores, digo, la sabe un medio para publicar y no lo sabe la AFIP?.

Otra dependencia oficial que parece estar de adorno o para generar gastos es la UIF, si hay un país que tiene un movimiento multimillonario de lavado de dinero es la Argentina y algunas provincias más que otras, digo necesitan un mapa?.

Dice Iprofesional: Los argentinos tienen sin declarar más de u$s360.000 millones, de acuerdo con estimaciones oficiales difundidas este martes. Una parte de esos fondos está en bancos del exterior, alejada del radar del Fisco argentino, o fuera del sistema bancario local.

Bueno, decir los argentinos es una generalización errada y tendenciosa, es romantizar un delito, es minimizar a un grupo reducido de familias poderosas e instaurar la idea de que SOMOS TODOS. Pasa lo mismo con la evasión fiscal.

Curiosamente, los mismos que hablan de cómo superar la crisis económica son los que operan en dólares y tienen sus cuentas en el exterior, así de ridículos somos vistos en el exterior los argentinos y está bien, porque hemos consentido la mayoría que nos mientan y saqueen en la cara.

Año a año se incrementa la fuga de capitales y NO PASA NADA.

Políticos y empresarios salvo muy pocas situaciones, no pueden justificar su patrimonio, otros lo hicieron gracias a vínculos con los poderes de turno donde entre los primeros negocios estaba el contrabando, eso sí, superaron a Pablo Escobar, que comenzó con el contrabando de cigarrillos y chucherías, acá algunos contrabandearon autos y otros electrodomésticos, no llegaron a ser «patrones» pero sí presidente y vice.

Por Marcelo Ricardo Hawrylciw

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