Hay 15 profesionales que están bajo análisis. Son todos trabajadores de la salud, que fueron aislados. Sería el primer establecimiento penitenciario del país donde hay casos confirmados.
La presentación fue hecha oportunamente frente al Ministerio Público Fiscal. Es del 28 de marzo: “Quiero denunciar que estoy de guardia en el SPF, Unidad de Devoto. No hay ninguna medida de seguridad en todo Devoto (…), todo esto está contaminado, aun no vaciaron a los internos para la gripe y otra cosa más importante y que deben hacer es fumigar todo Devoto tres veces por día (…) en todos los lugares de la unidad (…). Por favor activen y obliguen fumigaciones tres veces por día en todo Devoto, aun con los mismos internos que trabajan”.
El personal penitenciario que hizo efectiva la denuncia es uno de los, hasta el momento, 15 casos que están siendo analizados, cuatro de ellos confirmados de COVID-19, según sostienen. Y todos trabajan en la unidad de Devoto. De esta manera, sería el primer penal del país donde hay casos positivos de coronavirus, aunque no se sepa el origen del contagio.
Una lista afirma que hay seis enfermeros aislados en sus domicilios (se los define como asintomáticos). Pero también hay otros tres internados. Dos de esos casos estarían confirmados. Del tercero se aguardan resultados y el documento aclara que “se encuentra estable”.
Los otros seis de la lista son médicos: dos estarían confirmados (uno permanece internado en una clínica de Adrogué y otro en el hospital Piñeiro) y los cuatro restantes se encuentran aislados en domicilios o clínicas.
“Todos estuvimos trabajando en Devoto hasta antes de ser internados o derivados a nuestros domicilios”, le asegura a este diario uno de los 15 empleados. Y sigue: “Empezamos a sentir síntomas en nuestras casas. Uno de los infectados volvió de vacaciones de Brasil. Los demás casos muy posiblemente se hayan contagiado en la cárcel”.
“Uno de los tantos problemas que tenemos es que los presos que estaban en el HPC (Hospital Penitenciario Central) fueron trasladados a pabellones comunes”, asegura uno de los más de 2.000 detenidos que están en Devoto.
Tanto los médicos como los enfermeros que están internados o en sus domicilios trabajaban en el HPC. Por lo que habrían tenido contacto directo con los cerca de seis internos que se alojaban en ese sector.
A ellos, que podrían haber sido contagiados por alguno de los cuatro confirmados, se los cambió de lugar. Fueron a pabellones comunes en los que conviven con 80 presos. Otro detalle: según denuncia la población carcelaria, no se les habría realizado ningún test antes de trasladarlos.
El 22 de marzo último, en un informe publicado se habló de un posible caso de COVID-19 en Devoto. Se trataba de un interno alojado en la planta 6, con síntomas. “Los penitenciarios dijeron que era un simple resfrío para no causar pánico”, explicó un detenido.
“De ese interno no volvimos a saber más nada. Supuestamente lo llevaron al hospital Vélez Sarsfield y el resultado fue negativo. Pero no tenemos pruebas de eso. Con otro interno del celular 1 pasó lo mismo: lo sacaron al hospital y regresó al pabellón”.
Desde esa semana los internos trabajaron en distintos hábeas corpus en los que denunciaban la situación: alegaban todo tipo de faltantes y medidas de higiene. Los documentos fueron presentados por la gremial de abogados y el abogado del sindicato de trabajadores detenidos. “Todos fueron rechazados”, asegura el recluso, que ya había advertido el “riesgo que corrían los internos en caso de que el virus entrara en la cárcel”.
Fuentes del Servicio Penitenciario Federal (SPF) y del Ministerio de Justicia de la Nación hablaron del tema. La versión que dieron es que sí hay casos confirmados, sin precisar la cantidad, pero remarcaron que «se contagiaron fuera de la cárcel», que fueron aislados «al igual que todo el personal que estuvo en contacto con ellos» y que ninguno de estos últimos dio positivo en los test posteriores.
También, destacaron que como se trata de personal sanitario, podrían haber contraído el COVID-19 en otro establecimiento donde desempeñan tareas y que la última vez que trabajaron en Devoto los 15 empleados fue el 23 de marzo, tres días después de que se declarara el aislamiento social, preventivo y obligatorio.
La cárcel de Devoto, inaugurada en 1927, es el único establecimiento penitenciario que perdura en la ciudad de Buenos Aires, aunque las autoridades planean trasladar a los más de 2.000 detenidos al penal que se está construyendo en Marcos Paz.