Alerta por explotación laboral de empleadas domésticas

personal-domésticoEl tema se asimila a la trata y de hecho, el reclutamiento se realiza en el mismo lugar donde se capta a mujeres para explotación sexual. Especialistas en la materia encienden una luz roja por el tema.

Desde 2008, cuando se tipificó el delito de la trata de personas en Argentina, se logró rescatar a un total de 7.296 víctimas. Muchas investigaciones se iniciaron a partir de llamadas al número telefónico 145, donde se pueden realizar denuncias de manera anónima durante las 24 horas.

Las estadísticas del Ministerio de Justicia de la Nación revelan que el 49% de los hechos fueron por explotación laboral, mayormente en talleres textiles y establecimientos agrarios. Pero hay una modalidad que permanece invisibilizada y que tiene a miles de mujeres sometidas en hogares de familia cumpliendo funciones como empleadas domésticas, absolutamente esclavizadas y despojadas de todos sus derechos. Las propias autoridades aseguran que se requiere del aporte de la sociedad para combatir esta particular problemática.

En diálogo con Diario Popular, Zaida Gatti, coordinadora del Programa Nacional de Rescate a Personas Damnificadas por el Delito de Trata, sostuvo que «son muy pocos los casos en los que efectivamente se pudo actuar en relación a la explotación laboral puertas adentro de los hogares, y claramente ocurre porque es un delito que aún no está visibilizado, por lo que resulta muy importante que comience a hablarse en profundidad sobre esta modalidad delictiva».

«En estos casos también hay trata, porque tenemos captación, traslado y explotación laboral de personas de manera doméstica. No hace falta que actúe una red, porque una sola persona puede llevarlo a cabo. O una unidad familiar, y son tan delincuentes como una red organizada. El desafío que tenemos por delante es que la sociedad deje de naturalizar estas situaciones, con víctimas que trabajan sin salarios, francos, asistencia médica o cobertura previsional», explicó Gatti.

Asimismo, Viviana Caminos, directora del Programa de Rescate y Acompañamiento a Víctimas de Trata bonaerense, expresó que «claramente hay reclutamiento para explotación doméstica en los mismos espacios del interior del país donde se reclutan mujeres y niñas para explotación sexual, es decir, zonas vulnerables, y también mediante la captación de víctimas en países limítrofes, principalmente Paraguay».

«Tenemos que lograr visibilizar esta problemática, muy profunda y que está naturalizada culturalmente. Esta explotación ocurre con familias de poder adquisitivo elevado, que no sienten que están cometiendo un delito. Pero van a buscar a las mujeres a sus lugares de origen, las convencen con promesas, las trasladan y finalmente las hacen trabajar sin ningún tipo de registro, en general sin remuneración y bajo condiciones penosas. Esto es trata de personas», dijo Caminos.

Mientras tanto, Estela Díaz, de la Secretaría de Género de la CTA, explicó que «hay mucho aprovechamiento de la migración ilegal, con personas que son ingresadas sin documentación, y eso justamente es el eje para perpetuar la explotación, por ejemplo mediante amenazas», precisando que «el trabajo doméstico es totalmente informal, desarrollado en situación de precariedad y sin el reconocimiento de derechos, y en ese sentido creemos que debemos profundizar las campañas de difusión sobre el tema».

«Hay cuestiones culturales, lazos de afectividad que se generan entre las familias y las víctimas de explotación, entonces es un problema llegar puertas adentro de esos hogares para el Estado. Es necesario hablar del tema, discutirlo, y que la sociedad pueda ayudar a encontrar soluciones. Lo mismo ocurrió con los talleres textiles y los campos, donde antes no se lograba entrar, y a partir de visibilizarlos cambió el paradigma. Con la explotación doméstica tiene que pasar igual», cerró Díaz

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