Portero desiquilibrado suelto por Congreso

  Pocas veces uno puede encontrarse con una agresión sin sentido, cobarde y esgrimida por un desiquilibrado que con sus acciones es un peligro para cualquiera y un gran problema para el consorcio para el que trabaja.

El lunes alrededor de las 10:10 hs. concurrí al edificio de la calle Bartolomé Mitre 1985 del barrio de Congreso, a retirar un producto que había comprado, llegué y toque el portero, la joven que me atendió me informó que ya bajaba. En el hall del edificio, el encargado iba y venia mirándome.

Como noté que se inquietaba al ver que su mirada era ignorada por mí, me paré en el cordón de la vereda a esperar a la joven, y entonces el encargado un hombre mayor, de cabellos blancos y mirada extraña, preso de curiosidad abrió la puerta del edificio y en forma prepotente me dice:»¡Che vos, ¿qué estas haciendo ahí parado?, ¿a quién esperas?» a lo que mi respuesta fue, «buenos días, ¿usted me pregunta a mí?, porque si no me va a hacer entrar, y yo no quiero esperar porque estoy esperando a alguien no tengo que decirle nada».

Enfurecido me eleva la voz y me dice, «en mi vereda no se para nadie, maleducado de mierda, decime a quién esperás hijo de p…., te voy a romper la cabeza, te voy a hacer mierda». Mi respuesta fue la siguiente:»usted no es nadie para interrogarme y menos para insultarme, siga trabajando y no moleste.» La respuesta fueron más amenazas e insultos, a lo que le dije que me parecia de cobarde insultarme desde la puerta, y que era una vergüenza que una persona mayor me amenase sabiendo que uno no va a reaccionar, ante el amague de golpearme le advertí que se fijara bien lo que iba a hacer, ante lo cual me dijo:»ahora vas a ver, te voy a hacer cagar a palos y meter en cana» mientras gritaba el nombre del policía de la cuadra, momento en que baja la joven que esperaba y al preguntar que pasaba se fue al interior del edificio.

La joven se había puesto nerviosa por los gritos del encargado y cuando le comenté lo que pasó me pidió disculpas y me dijo que no hiciera caso, que a veces tiene esas reacciones, me despedí y como me molestó ser agredido e insultado sin motivo, crucé a intentar saber si el policía conocía a este hombre  y avalaba lo que hacía. Charlamos un rato, se sorprendió de la conducta de este hombre y cuando casi me convencía de que tal vez había tenido el portero un mal día, se acercó y desde una distancia, comenzó a decirme que no me mataba para no ir preso, que era un maleducado, hijo de ……. mierda, y que nunca más pase por su vereda porque me iba a dar varios fierrazos en la cabeza, todo esto ante la mirada atónita  del policía que me había dicho que era un buen tipo.

Le dije al policía que lo correcto era hacer identificar a este hombre y que me acompañara a la comisaría a realiza la correspondiente denuncia por amenazas, pero que para no comprometer su relación barrial, me iba con la tranquilidad de que había escuchado el mismo, las amenzas y el motivo de las mismas.

Personajes desequilibrados como este abundan por la ciudad, son un problema para todos, ya que de resultar agredido por este sujeto, sería el consorcio responsable civil de las acciones de su empleado, un empleado que sin conocer los motivos que lo hacen actuar así, es una responsabilidad de ellos. También es un ciudadano que compromete al policía que cuida la cuadra al amenazar sin límite alguno a otra persona frente a un policía, cuando esto es un claro delito.

Así que ya saben lectores, si pasan por esa cuadra, eviten pararse frente a el edificio mencionado, ya que la vereda allí, es propiedad del portero. Cuanto boludo suelto.

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