Las situaciones de violencia que terminan con la vida de los reclusos en cárceles federales tienen que ver con homicidios en riña, asesinatos, suicidios o accidentes. Según el estudio, la mayoría de los fallecidos tiene entre 25 y 34 años.
Un 40 por ciento de las muertes de presos registradas en cárceles federales en los últimos cinco años responden a situaciones de violencia, tales como homicidios en riña, asesinatos, suicidios o accidentes. El relevamiento, realizado por profesionales de la Procuración Penitenciaria de la Nación (PPN), indica que en el primer semestre de este 2015, las cifras se mantienen y en tal sentido, se expresó la preocupación por estos hechos, registrados bajo custodia de las fuerzas de seguridad.
Otros datos que arroja el informe apunta a que la mayoría de los fallecidos tienen entre 25 y 34 años, casi la mitad de ellos estaban privados de la libertad pero solo procesados y aún sin condena y que el Complejo de Ezeiza es el lugar de encierro del país donde se registran más casos de decesos, ya sea por enfermedades o factores externos.
Desde 2009 y hasta junio de este año, se contabilizaron los decesos de 295 internos y si bien el mayor porcentaje corresponde a casos por enfermedad (160 casos, con una importante incidencia de infectocontagiosas, como el Sida), el documento de la PPN hace eje en que «cuatro de cada diez muertes son violentos», ascendiendo a 120 fallecidos. «Del total de las muertes violentos de reclusos, 63 fueron por ahorcamiento, 31 por heridas punzocortantes provocadas por armas blancas, 17 quemados en incendios, cinco por asfixia. cuatro por caídas desde altura y el resto en situaciones no debidamente esclarecidas», se indicó.
En el análisis pormenorizado de los fallecimientos por situaciones traumáticas, aparece que en el 2009 fueron 15 sobre un total de 47 (un 32 por ciento), bajó en el 2010 con 9 de 33 (27por ciento), subió en el 2011 con un total de 21 sobre 37 (un 56 por ciento) y en el 2012 se produjo la mayor cantidad de muertes de internos, con 56, de las cuales 24 se registraron de manera violenta (representando un 43 por ciento). En el 2013, si bien hubo menos casos, 45 se incrementó el porcentaje a un 62, pues 28 de ellos se dieron por homicidios, suicidios o accidentes: mientras que en el 2014, hubieron 25 sobre 51 (49 por ciento) y en el primer semestre de este año, 11 de los 26 decesos fueron de los denominados «violentos».
El Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza es el lugar donde más cantidad de reclusos muertos se ha registrado durante el período analizado, ascendiendo a 60 casos, aunque también responde a la densidad de la población carcelaria. También aparecen como los sitios con más cantidad de fallecimientos de presos, tanto el Complejo Penitenciario Federal II de Marcos Paz con 51 y el Complejo Penitenciario Federal de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la ex Unidad Nro. 2 de Villa Devoto, con 32.
Cabe señalar que la Procuración Penitenciaria de la Nación registra, documenta e interviene ante cada muerte de detenidos bajo custodia del sistema penitenciario federal, mediante la aplicación del Procedimiento para la Investigación y Documentación de Fallecimientos en Prisión. Sus objetivos son los de «garantizar una investigación administrativa independiente y eficaz sobre las causas y circunstancias en que las muertes ocurren, a través de la inspección del lugar de los hechos, y la recuperación de las voces de familiares, allegados y otros detenidos, mediante entrevistas realizadas en las mayores condiciones de privacidad posible». «También indaga documentación judicial y administrativo- penitenciaria, y se apoya en dictámenes médicos y de profesionales de salud mental. Analiza por último la actuación judicial desplegada, para el control jurisdiccional de las condiciones en que la detención de la víctima se desarrolló, y para investigar luego eficazmente lo acontecido», agregan.
