Los atribuyen a la falta de presencia policial y a las luces que no funcionan. Advierten que en la mayoría de los casos son asaltos a mano armada, y que los cometen en grupos de 2 o 3 sujetos, menores de edad.
Los vecinos de San Francisco Solano aseguraron que temen salir a la calle ya que la ola de delitos alcanzó su pico máximo «en los últimos 20 días» por «la falta de presencia policial» y de «apoyo de las autoridades»
En diálogo con este medio, uno de los habitantes, Antonio confesó que «no se puede salir a caminar porque enseguida te sacan todo en cualquier momento del día».
«En los últimos días el tema se agravó ya que no hay presencia policial y para colmo, durante la noche, las luminarias no funcionan», esgrimió indignado.
El frentista señalo que sobre la calle 845, entre 891 y 892, se «producen la mayoría de los ataques», en los que intervienen «delincuentes menores de edad».
Al ser consultado por las modalidades que utilizan los malvivientes para efectuar sus robos, puntualizó que «en su mayoría son asaltos a mano armada».
Por otro lado, dejó entrever que «siempre atacan en grupito de a dos o de tres ladrones»; al tiempo que añadió que «suelen esconderse detrás de los árboles».
Posteriormente pidió a la Municipalidad de Quilmes que «arregle las luminarias de la cuadra porque es una verdadera boca de lobo por la oscuridad, en donde reina el delito y el miedo». «Estamos cansados de hacer los reclamos», agregó.
Asimismo, Antonio recordó dos ataques a vecinos en diferentes momentos del día, ya que «los delincuentes no tienen límites de horario, robar en cualquier momento».
En primer lugar, resaltó que a su vecino de al lado, le intentaron robar el coche cuando estaba junto a su hija». «Eran dos delincuentes menores de edad y estaban armados. El hombre se resistió y parece que los malvivientes se asustaron y decidieron huir», mencionó.
Por otro lado, comentó que, en la esquina de 845 y 892, «a una joven le arrebataron el celular a la noche y, lamentablemente, no pudo hacer nada porque el delincuente se escapó corriendo».
Sin embargo, valoró el hecho de que ambos casos no se registraran heridos, aunque sostuvo que «muchas veces estos episodios pueden terminar muy mal».
Antonio, con un tono de indignación, confesó que «le da miedo salir de casa porque la zona está muy picante».
Además el frentista solicitó la construcción de un lomo de burro sobre la 845, entre 891 y 892, porque aumentó «la cantidad de accidentes», y advirtió que a media cuadra «hay un Jardín de Infantes».
