Menor acusado de matar fue liberado y ahora amenaza a la familia y a los testigos

Gerardo Antonio Del Valle recién había cumplido 18 años, y era un luchador de la vida. Salió adelante cuando, de muy chico, le diagnosticaron una grave enfermedad, que logró contener a fuerza de voluntad y mucho amor familiar. Pero el 31 de mayo del año pasado, cuatro delincuentes lo emboscaron cuando salía de una fiesta junto a su novia para robarle las zapatillas y un celular. Sin razón alguna, lo fusilaron en el piso con un disparo en la nuca. Pero el joven no se dio por vencido, siguió peleando por vivir, hasta que su cuerpo dijo basta cinco días después.

Ahí comenzó una oscura y cruel pesadilla para su familia. Al dolor por la muerte del muchacho, le sumaron las idas y vueltas de la justicia para identificar a los sujetos. Finalmente, un buen trabajo de investigación policial permitió identificar a la banda, conformada por un adulto y tres adolescentes menores de edad. Uno de ellos, apodado Garri -de 17 años-, está apuntado como el ejecutor material del alevoso homicidio.

Ahora, por una polémica interpretación de la Ley de Responsabilidad Juvenil provincial, Garri recuperó la libertad hace pocas horas. No sólo él, también uno de sus cómplices, apodado Ernie. El tercer menor hace rato que fue liberado, declarado inimputable porque al momento del hecho tenía 15 años. Sus dos amigos, en cambio, tenían 16 y deberán afrontar un próximo juicio oral. El cuarto integrante del grupo, por ser mayor, continúa preso en cárcel común.

El caso es paradigmático de la ley aplicada sin sentido común. Es que Garri, apenas salió del instituto de Pablo Nogués, comenzó a caminar las calles de Ituzaingó para rearmar su banda. “Estamos todos amenazados. Pero más aún los testigos oculares de la agresión, que son los amigos de mi hijo. Están aterrados”, contó a DIARIO POPULAR Inés Isabel Sánchez, madre de Gerardo.

“Psicópata suelto”

Inés tiene miedo. “No por mí, sino porque tengo dos hijos más, adolescentes, un varón y una mujer. Estos pibes son realmente peligrosos, más aún sin andan sueltos sin ningún tipo de control. Cuando pedí explicaciones, me informaron que estaban cumpliendo la ley para menores, que obliga a liberar a los chicos cuando se cumple un año de prisión sin el juicio realizado. Es una vergüenza. Este pibe (por Garri), cometió un homicidio salvaje, alevoso, le disparó a Gerardo indefenso, por la nuca. Es un psicópata suelto que puede volver a matar en cualquier momento”.

Todo el proceso del particular y polémico caso está siendo monitoreado por Alicia Angiono, titular de la Asociación Madres y Familiares y Víctimas (MAFAVI). “Es una situación bochornosa. Todos sabemos que las personas tienen derechos y que la sociedad se rige por leyes. Sin embargo, la justicia siempre tiene que aplicar la lógica. Aquí está claro que este muchacho no debería estar suelto, por el peligro que representa para la causa, y fundamentalmente porque mucha gente involucrada está en riesgo. ¿Qué van decir si mata a un testigo o toma represalias contra la familia de Gerardo”, dijo Angiono.

Sus palabras tienen un marco de realidad. Es que a una de las testigos, en las últimas horas, le llegó un mensaje de texto a su celular de características inquietantes: “Acá va a haber una masacre”. Aunque son varios los testigos oculares de la brutal agresión contra Gerardo, la banda apunta contra un amigo del chico fallecido, de quien se reserva la identidad por razones de seguridad personal. “Los padres de este chico están aterrados, no lo dejan salir de su casa. Tienen miedo. Es que se la tienen jurada, y no tiene ningún tipo de protección”, explicó Inés.

No tiene restricción

Hasta anoche, a pesar de haber golpeado infinidad de puertas, la familia de Gerardo no había conseguido una respuesta oficial satisfactoria. “Estamos tratando de hablar con un fiscal de turno para que tome alguna medida, y sentirnos un poquito protegidos. Tanto los testigos como nosotros estamos a la intemperie. Si quieren matarnos, lo pueden hacer tranquilamente. Fuimos a conversar con el comisario de la seccional de Pavón, quien nos tranquilizó bastante y se puso a disposición. Ni siquiera él estuvo alertado de la liberación de Garri. Nos dijo que hará todo lo que pueda para protegernos, pero no puede tocar al pibe porque no tiene orden alguna de restricción”, contó la madre de Gerardo.

Garri no es un chico cualquiera. “Es extremadamente peligroso. El día que disparó a Gerardo lo hizo porque había ido a bailar a un boliche donde, en una pelea, le sacaron las zapatillas. Entonces, para recuperarla se metió en la fiesta de cumpleaños a la que había asistido Gerardo y lo marcó por las zapatillas. Lo emboscó a la salida con sus cómplices, lo golpearon, robaron y fusilaron en la nuca. Este pibe no tiene una causa por un robo de un estéreo o una mochila, sino que está acusado de matar a sangre fría. No es lo mismo”, dijo Inés.

La mujer reveló que “en diciembre pasado, Garri se escapó del Instituto de Menores de Pablo Nogués, y pasó algo parecido porque nadie nos avisó, recién nos enteramos cuando lo atraparon, pero ahora se trata de una medida tomada a conciencia, porque lo dejan en libertad a pesar del riesgo que corren muchas personas involucradas en la causa como testigos”.

Por Maximiliano Montenegro

Fuente: Diario Popular

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