El crecimiento del estupefaciente sintético en los últimos tiempos fue igual al de la marihuana y mucho mayor que el de la cocaína.
Unas 170 mil personas compraron pastillas de éxtasis el año pasado, sobre todo en fiestas electrónicas, sostiene un estudio elaborado por el Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos.
«Cada vez más jóvenes se drogan y mueren con pastillas de diseño, a la medida de sus necesidades de volar y evadirse de la pesada realidad», sostiene el informe, de la organización dirigida por el especialista Marcelo Peretta.
En ese marco, se explicó que «el éxtasis contiene distintas cantidades de metilendioximetanfetamina (MDMA) que produce empatía, euforia, pérdida de timidez, volviendo a quien las toma: extrovertido, alegre e hiperactivo».
«Pero su uso a largo plazo aumenta la temperatura corporal, deshidrata al punto de matar y produce hipertensión, confusión, irritabilidad, insomnio y depresión. También daña hígado y corazón», indicó el trabajo, en relación a las características de la sustancia.
También se manifestó que «está prohibido en la mayoría de los países, salvo para investigación, pero su consumo crece sin techo, principalmente debido a la facilidad que implica «tomar una pastilla».
Peretta, doctor en farmacia y bioquímica de la Universidad de Buenos Aires, contó que «la encuesta del Sindicato Argentino del Farmacéuticos y Bioquímicos (SAFYB) revela que el consumo de éxtasis creció tanto como el de marihuana hoy fortalecida por su costado medicinal-, y mucho más que el de cocaína y LSD».
Según SAFYB, son 140 mil los argentinos que consumieron éxtasis, al menos una vez, en 2015 y 170 mil quienes tomaron este droga sintética en 2016. Las cifras son similares a las de Naciones Unidas.
«Cada pastilla cuesta entre 200 y 500 pesos, según su contenido y potencia, y lo preocupante es que bajó la edad de inicio en el consumo, que en los años 80 promediaba los 21 años y hoy los 17», dijo Peretta.