Trapito con «protección» en Avellaneda

móviles-de-tránsito-en-infr   El tema de «los Trapitos» ha vuelto a estar en la agenda de los medios luego de la brutal trompada que recibió un muchacho de parte de un empleado municipal que además hacia tareas varias como ser plomo de algunas bandas y ser un «trapito» part time.

No es la primera vez que un gobierno promete tratar y solucionar el tema de esta gente que en la mayoría de los casos son maleducados y prepotentes, pretendiendo que se les pague por algo que nadie debería pagar y que el Estado debe garantizar. Así las cosas, detrás de estos personajes callejeros hay un negocio que mueve mucho dinero producto de una cadena de corrupción.

Los trapitos hacen una importante diferencia cuando se ubican en las puertas o inmediaciones de lugares concurridos, teatros, zona de restaurantes o bien los días de partido y recitales, donde la recaudación es importante.

La cadena de corrupción es muy sencilla, empleados municipales, generalmente de tránsito, policía de la jurisdicción y funcionarios de alguna repartición con participación en los eventos.

El caso de las imágenes del video que acompaña la nota se desarrolla de lunes a sábado en la céntrica Av. Mitre entre Lavalle y Berruti, donde el protagonista es un personaje que comenzó siendo educado, pidiendo una colaboración no por el estacionamiento sino por cuidar los vehículos, por ayudar a estacionar o salir, darle una limpieza rápida, etc., pero siempre a voluntad del conductor.

Desde que se acercaron los empleados del Ministerio del Interior del área de Transporte, las cosas cambiaron, ya la amabilidad del trapito fue otra más cortante, tratando diferente a quienes pagan bien de los que pagan lo que creen es justo por un lugar donde el municipio anuncia que está permitido estacionar, pero lo irregular, es que la actividad del trapito, que incluso mueve y acomoda conos de señalización para reservar lugares, es vista y consentida por el personal de tránsito, al servicio de la Municipalidad de Avellaneda, que debería evitar que alguien le cobre a los vecinos por estacionar donde está permitido.

Peor aún, los pocos que se han quejado del trato del trapito, son invitados a circular y no se les escucha por parte del personal de tránsito que luego se ríe y conversa con el trapito, alimentando el maltrato de este para con los vecinos que buscan donde estacionar o detenerse, un problema recurrente en Avellaneda centro que ni siquiera cuenta con los estacionamientos necesarios.

En la foto y el video se puede observar como el vehículo oficial patenta JLU 706, Chevrolet Meriva, se detiene por varios minutos en doble fila a conversar con otro de los miembros de otro vehículo de tránsito sobre la Av. Mitre y luego al avanzar ya que notaron fueron fotografiados, se detienen a hablar con el trapito de la cuadra, esperamos alguna de las autoridades municipales, provinciales o nacionales nos pueda explicar por qué los vecinos son forzados a pagar por un lugar donde está permitido el estacionamiento, por qué los responsables de ordenar el tránsito incumplen las normas de tránsito y quien permite que todo esto pase a diario en la mayor de las impunidades.

Por Marcelo Ricardo Hawrylciw

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