No es la primera vez que las afirmaciones de la Ministro de Educación de CABA, genera reacciones en las redes sociales y un amplio repudio, Soledad Acuña tiene una curiosa adicción por ostentar su impunidad verbal, que no es otra cosa que la expresión de lo que ella piensa y lo hace incluso con una gran sonrisa, sabe que moleta y goza con ello.
Ahora en medio de las «campañas» políticas donde cada espacio y referente comienza a hablar de más, ella no podía ser menos y si Larreta fue polémico por su medida de no barbijos en clases y espacios públicos entre otros dichos del Jefe de Gobierno porteño, la «señora» Acuña se descuelga con esto: «El Estado es el único lugar donde consiguen trabajo las personas que no estudiaron»
Digamos que siendo objetivo, es una verdad muy agarrada de los pelos, porque en el Estado hay también personajes con algún título que no reúnen los requisitos mínimos para el cargo pero aún así, son designados con cargos jerárquicos, el mayor exponente de esto fue el gobierno de Mauricio Macri, quien para designar no empleados como era lo habitual en todos los gobiernos, sino altos funcionarios, sacó un Decreto de excepción para todos esos funcionarios que sin título habilitante o reunir los requisitos mínimos puedan acceder a funciones ejecutivas, el caso más emblemático es el de Laura Alonso, que sin ser abogada o por lo menos con alguna carrera de grado vinculada al derecho, fue la titular de la OA (Oficina Anticorrupción), sería interesante que alguien entreviste a Alonso, a Patricia Bullrich, Graciela Ocana, Darío Lopérfido y tantos otros al respecto de los dichos de Soledad Acuña.
Si bien luego intentó justificar su polémica frase suavizando la idea con la excusa que se refería a la educación y el gobierno en las provincias de Chubut y Santiago del Estero, dicen mejor no aclares que oscurece y Acuña con su aclaración demuestra que Horacio Rodríguez Larreta al avalar sus dichos es de mínima un incoherente, ya que nos tiene cansados a los argentinos con su recurrente muletilla de la autonomía de CABA y de que como cualquier provincia la educación y las medidas sanitarias son autónomas y soberanas, entonces, ¿con qué autoridad su ministro de educación critica a otra provincia? y peor aún si Larreta es un defensor de la soberanía de cada provincia por qué permite esto.
Volviendo a que en el Estado es el único lugar donde consiguen trabajo las personas que no estudiaron cuesta creer que alguien inteligente tenga la incapacidad de pensar lo que dice por el solo hecho de mostrarse sonriendo en los medios como si fuera una gran picardía, cuando en realidad revela que a Acuña le gusta mostrarse transgresora, lo cual ha sido una fórmula de éxito para muchas personalidades, pero para ser una personalidad hay que ser inteligente, es como el que pretende ser ácido o tener sarcasmo pero ser ridículo.
Soledad Acuña lleva muchos años viviendo del Estado, al igual que su marido Diego Kravetz, ambos, sin reunir todos los requisitos que en un Estado eficiente y bien administrado sería excluyente para el cargo, con lo cual no solo se trata de haber «estudiado» sino de estar capacitado para el cargo.
Ahora bien, además de que no alcanza con el haber estudiado para un cargo en el Estado, Acuña debería reclamar algo que a ella y su marido les falta y es honestidad, tanto Soledad Acuña como Diego Kravetz, fueron denunciados por una serie de delitos a la administración pública y otros de acción pública, además de realizar negociaciones incompatibles con sus cargos, al final de la nota dejo un Edicto de una empresa SIGNICA SRL, de la que Kravetz es socio, que curiosamente ha funcionado varios años sin empleados y que recibió del municipio de Lanús un contrato millonario sin licitación, contratación directa por una encuesta? sí por una encuesta, lo irregular es que Diego Kravetz es el Jefe de Gabinete de Lanús y mano derecha del intendente Néstor Grindetti, sí todos personajes que viven del Estado y que en una empresa privada no hubieran progresado y este es un solo ejemplo por eso de que para muestra basta un botón.
Por Marcelo Ricardo Hawrylciw