Lo hizo ayer ante sus sacerdotes y luego presentó su dimisión a la Nunciatura.
La promocionada “novela” que se escribió esta semana a partir de la difusión de fotos de un obispo y una mujer en una playa de México en situaciones afectuosas llegó ayer a su fin. Monseñor Fernando Bargalló –el gran protagonista– admitió ante todos los sacerdotes de su diócesis Merlo-Moreno, a quienes convocó especialmente, el romance con la mujer y les comunicó su decisión de renunciar a su cargo. Luego, raudo, Bargalló partió hacia la Nunciatura Apostólica (embajada del Vaticano) de la Ciudad de Buenos Aires, con la renuncia en su bolsillo.
Atrás quedaban días agitados después de que el martes un canal de noticias puso en el aire unas fotos donde Bargalló, entre otras imágenes, aparecía abrazado con una mujer en el mar, junto a un hotel de Puerto Vallarta.
Las fotos, que llegaron anónimamente al canal, fueron inicialmente desconocidas por el obispo. Pero horas después admitió la autenticidad de las mismas, si bien negó que se tratara de un romance. “Es una amiga de la infancia”, dijo, y agregó que las “ambiguas” fotos “se explican en el marco de una larga amistad”.
En medio de un gran revuelo en la Iglesia, Bargalló –un obispo muy respetado, presidente de Cáritas hasta el año pasado y actual titular de esa entidad a nivel de América Latina– concurrió al día siguiente a ver al Nuncio, monseñor Emil Paul Tscherrig, representante del Papa Benedicto, a explicar su situación, ya que sólo un pontífice tiene potestad para decidir sobre el futuro de un obispo. Allí, según trascendió, Bargalló se habría defendido con uñas y dientes y atribuido la difusión de las imágenes a una operación política para perjudicarlo.
El Nuncio decidió encarar una investigación para contar con más datos, en línea con las máximas jerarquías de la Iglesia en el país. Paralelamente, el jueves, un diario publicó un artículo con todos los presuntos detalles del viaje a México del obispo y la mujer, ocurrido en enero de 2011, iniciado supuestamente en aviones diferentes, con escala inicial en Miami y un recorrido por varias playas mexicanas.
Además, revelaba la identidad de su pareja: María de las Victoria Martínez Bo, una empresaria gastronómica –con locales en Capital–, oriunda de San Isidro.
Por su minuciosidad, estos detalles abonaron la hipótesis de una venganza de un poderoso, pero su autoría y la autenticidad de esa versión, entró en la categoría de los grandes enigmas. Se habló de que Bargalló tiene una mala relación con el controvertido intendente de Merlo, Raúl Othacehé, lo cual no prueba nada. E incluso se recordó un cruce verbal con la presidenta Cristina Kirchner en 2008. Sin embargo, fuentes de la Casa Rosada y de Cáritas destacaron que siempre existió una “respetuosa” relación.
Ahora resta la aceptación de su dimisión y la designación de su reemplazante por parte del Papa.