Reclamo de Justicia en las redes sociales por el asesinato de un docente en Avellaneda

Damián-DelgadoEl martes 31 de diciembre el profesor Walter Damián Delgado, de 31 años, falleció en el Sanatorio de Bernal tras diez días de agonía por un balazo que le propinaron dos delincuentes en un intento de entradera a su vivienda, el pasado sábado 21.

El docente regresaba con su automóvil a su hogar, a las 23:50, junto a su esposa Daniela y a su pequeño hijo Ian, de apenas 11 meses. Habían asistido a una obra teatral de una prima de Delgado en el Teatro Roma de Avellaneda. Al llegar a su casa, en Bismarck y Ceballos (Wilde) su esposa y su bebé entraron a la vivienda, mientras que Damián bajaba del vehículo que acaba de meter en el garaje. En esas circunstancias dos criminales saltaron la reja del lugar (se cree que se movilizaban en una moto con la que luego se dieron a la fuga) y a mano armada intentaron forzar al docente a que acceda al ingreso de la vivienda. Con su esposa y su pequeño hijo adentro, Delgado se negó y les impidió el paso, y, por defender a su familia, los criminales le dispararon a quemarropa para luego darse a la fuga.

El proyectil ingresó en vertical, impactó en el omoplato, le atravesó un pulmón, un riñón y un bazo que le provocó una hemorragia. Todo pasó a gran velocidad, y cuando su esposa alcanzó a salir encontró al docente en el suelo, mientras los delincuentes, ya en la calle, emprendían la huida. Rápidamente llamó al servicio de ambulancia y al 911.

Personal de la Comisaría Quinta de Wilde, responsables de mantener la seguridad en la jurisdicción donde acaeció el hecho, arribó al lugar y traslado a Delgado hacia el Hospital de Wilde.

En ese trayecto la víctima alcanzó a explicarle todo lo ocurrido a un efectivo de la seccional quinta, testimonio único que fue recabado por este policía, el cual puede ser determinante para dar con los autores del hecho.

El docente ingresó con estado crítico al nosocomio. Fue intervenido quirúrgicamente y sometido a un Coma farmacológico.  En los primeros días su evolución fue dificultosa debido a su estado y a la gran pérdida de sangre.

Le sacaron el riñón dañado, en tanto que sufrió un neumotórax por la avería que el proyectil había provocado en su pulmón. Una semana después lo trasladaron al Sanatorio Bernal, donde contaba con más elementos médicos que en el nosocomio de Wilde. Alcanzó a despertar una tarde que se encontraba con su esposa, siempre en el área de Terapia.

El 29 de diciembre contrajo una neumonía que agravó su estado en la condición en que se encontraba. El 31 de diciembre, en horas del mediodía, Damián Delgado falleció en el Sanatorio Bernal.

Su cuerpo quedó a disposición de los peritos judiciales, y fue entregado el 3 de diciembre a su familia, que pudo velarlo en el Sepelio Alvear de Av. Mitre al 5400, para sepultarlo al día siguiente en el Cementerio de Avellaneda.

La Causa: En los 10 días en los que Damián Delgado luchaba por su vida los efectivos de la Comisaría Quinta de Wilde no pudieron avanzar absolutamente en nada para encontrar a quienes le dispararon. Mientras la vida del docente se apagaba los culpables seguían libres, y, con la exactitud que lo puntualizó Adriana, la mamá de Delgado, “mientras esos delincuentes celebraban las Fiestas yo estaba enterrando a mi hijo”. La incompetencia de la seccional Quinta, ya sea para combatir la inseguridad en su jurisdicción así como para encontrar a los asesinos de las víctimas que estos casos provocan, no es nueva: En 2009 los vecinos estallaron con la Seccional Quinta, donde pidieron en más de cuatro movilizaciones más seguridad frente a la Comisaría por el violento asesinato en un intento de robo a la arquitecta y catequista, Renata Toscano.

El caso fue tan resonante que obligó al por entonces ministro de Seguridad, Carlos Stornelli, y su par a nivel nacional, Julio Alak, a enviar Gendarmería para contener la bronca vecinal. Todo se desbordó cuando Stornelli, de forma inexplicable, opinó en los reclamos frente a la comisaría de Wilde había “agitación desmedida y gente infiltrada», y que esos sectores intentaban «desestabilizar al gobierno de Daniel Scioli». Con ese criterio los funcionarios procedieron para ese caso.

En la causa de Delgado, la familia salió a la búsqueda de testigos dado que en la comisaría le dijeron que “están a ciegas!” y que no tenían pruebas como para avanzar (recordamos que el último testimonio del principal testigo, es decir la víctima, fue recabado por uno de los efectivos de la Comisaría, pero al parecer, el testimonio de la propia víctima no habría tenido para la seccional ningún valor en estos diez días como para poder dar al menos con alguna pista que lleve hacia los asesinos.

Hoy el caso hace eco en los medios nacionales y locales, y la familia Delgado ruega que, ante cualquier dato o testigos de lo ocurrido, se acerquen a la Comisaría 5ta, ubicada en Las flores 363, Wilde (4207-0375 | 4444 ).

“Injusticia”, la palabra más indicada para definir lo que dejó el homicidio de Delgado: Si todo hubiera sido distinto, en enero Damian Delgado, habría celebrado el primer añito de su hijo Ian. Un mes después, el docente habría cumplido sus 32 años, y con un poco de suerte y por demás sacrificio, a fines de este año se habría graduado de Ingeniero Electrónico. Ahora nada de eso ocurrirá, porque en un segundito un inescrupuloso criminal jaló del gatillo y cambió la historia. Ese mismo criminal, hoy está libre. Una verdadera INJUSTICIA. Según la Real Academia Española, el término “Injusticia” se refiere a una ilegalidad, abuso, negligencia o mala conducta que no ha sido corregida. Las palabras “injusticia, injusto, tan injusto, no es justo” se agolpaban en el perfil de facebook de Damián Delgado cuando trascendió la amarga noticia de su muerte. En esos diez días cientos de personas rezaron por la recuperación de Damián, para que vuelva con su esposa y su hijito que defendió con la vida. Cientos de personas le pidieron a Dios por su recuperación y lo pusieron en sus oraciones. Pero Dios no escuchó, o al menos esa es la opinión de quien les escribe. Dios se lo llevó cuando su vida recién se comenzaba a forjar, se lo llevó antes de tiempo, y eso, siempre en la opinión de este humilde periodista y con sumo respeto a todas las creencias religiosas, es una INJUSTICIA. Cuando una vida se apaga a una edad tan joven, con un bebé de menos de un año que deberá crecer sin padre, una familia que recién empieza a delinear sus primeros proyectos, y una historia que quedó trunca por culpa de la maldita inacción contra la inseguridad que antes mencionamos, Ahí, radica la INJUSTICIA. Cuando se hace un repaso por el perfil de facebook de Damián, sus últimas fotos lo muestran enseñándole a caminar a su bebé, marcándole los pasos con la pequeña criatura apoyada sobre sus propios zapatos; sus “estados” en face lo encuentran celebrando la salida del primer dientito de Ian, jugando en la calesita, hamacándolo en una plaza. Saber que eso jamás volverá a ocurrir, es una INJUSTICIA. Cierta vez Platón manifestó no saber qué es la Justicia, pero sí que es la Injusticia. Frente al cajón de su hijo, Adriana, la mamá de Damián, contó que, mientras lo llevaban al Hospital, el muchacho le dijo al conductor: “por favor, sálvenme, no me quiero morir, tengo un hijo chiquitito”.  La historia terminó de la forma que ni él mismo se esperaba, y eso es una INJUSTICIA. Damián Delgado no murió. A Damián Delgado lo mataron. Y quienes lo mataron hoy gozan (ya sea por falta de decisión de los funcionarios para combatir la inseguridad o por ineptidud de la seccional quinta para dar con los asesinos) de libertad plena para seguir robando, matando y destruyendo familias. De todo lo mencionado, esta última es la única INJUSTICIA que tenemos al alcance de nuestras manos para cambiar, exigiendo a las autoridades la captura y el castigo para los criminales que mataron a Damián. Esa sería la única forma de que esta Injusticia sea revertida, y de que al menos, a su manera, el alma de Damián Delgado pueda descansar en paz. 

                      (Lic. Nazareno Juan Cruz Gallardo, amigo de un amigo asesinado) 
Fuente: La Mirada

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