Quilmes: Comienza el proceso de beatificación y canonización del obispo Jorge Novak

  El pasado 14 de noviembre, la Diócesis de Quilmes dio a conocer que la Santa Sede eclesiástica autorizó el inicio de las investigaciones para llevar al fallecido obispo Jorge Novak a su beatificación y posterior canonización.

“Con gran alegría quiero comunicarles, como muchos ya saben, que la Congregación para la Causa de los Santos, en Roma, nos ha autorizado a comenzar la Causa de Beatificación y Canonización del Siervo de Dios Jorge Novak SDV, Obispo de Quilmes” comienza diciendo el comunicado que lleva la firma del Obispo Carlos Tissera.

Según consigna el diario regional, Infosur, Tisera sostuvo que ha “establecido la apertura de la investigación diocesana, con celebración pública de la primera sesión en las vísperas de la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de América, el día 11 de diciembre, a las 20hs, en nuestra Iglesia Catedral”.

Y remarca que “Este momento será el comienzo de un largo período de trabajo de las Comisiones designadas para que en el futuro, si Dios quiere, el P. Obispo Jorge sea testimonio y luz para toda la Iglesia”.

Por último, el Obispo de Quilmes, invita a que la comunidad acompañe la iniciativa. “Todos están invitados a participar de este significativo momento, pero también los aliento a rezar e invitar a rezar con profunda devoción la oración que fue preparada para pedir las gracias al P. Obispo Jorge”.

Defensor de los DDHH

Novak nació en el partido bonaerense de Adolfo Alsina. En su juventud, ingresó en la comunidad del Verbo Divino. Fue ordenado sacerdote en 1958. Cursó estudios superiores en la Universidad Gregoriana de Roma. Y fue consagrado obispo (de Quilmes) en 1976. En 1984, durante un viaje a Costa Rica, sufrió el mal de Guillén Barré, que paralizó totalmente su cuerpo. Gracias a su tenacidad, recuperó de a poco su motricidad.

Como miembro del Episcopado, Novak fue cofundador del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH) y, con Jaime De Nevares (Neuquén) y Miguel Hesayne (Viedma), pasó a formar parte del trío de obispos que denunció más enérgicamente las violaciones a la dignidad humana del proceso militar. Esa actitud le valió el mote de “obispo rojo” de parte de los jerarcas militares y la incomprensión de varios de sus colegas.

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