Había sido ingresado a un centro médico de Milán el viernes último. Padecía un cuadro de leucemia crónica.
Silvio Berlusconi murió este lunes a los 86 años. El ex primer ministro de Italia se encontraba afectado por un cuadro de leucemia crónica por el que había sido internado en un hospital de Milán.
Berlusconi había sido ingresado al centro médico de su ciudad natal el viernes último, tres semanas después de haber sido dado de alta tras una internación de 45 días a causa de una infección pulmonar provocada por el cuadro de leucemia crónica que padece.
Silvio Berlusconi era un político, empresario y magnate de los medios. Fue además el fundador y presidente de la corporación de telecomunicaciones Mediaset, y el fundador y presidente de Forza Italia, partido político que luego se integró en la coalición El Pueblo de la Libertad, de la cual fue fundador y presidente.
Además, Berlusconi ha sido presidente del Consejo de Ministros de Italia en tres ocasiones (1994-1995, 2001-2006 y 2008-2011). Fue ministro de Relaciones Exteriores de Italia en el año 2002 y presidente de turno del Consejo Europeo durante el segundo semestre de 2003.
El fallecido ex primer ministro italiano además fue propietario y presidente del equipo de fútbol AC Milan desde 1986 hasta 2017 y desde 2018 es propietario del Società Sportiva Monza 1912. Recibía el apodo de Il Cavaliere («El Caballero»).
De vida convulsionada fuera de la política, el magnate estuvo casado en dos ocasiones: la primera con Carla dall’ Oglio, madre de Pier Silvio y Marina, y la segunda con la actriz Veronica Lario, con quien tuvo tres hijos, Bárbara, Eleonora y Luigi. Con Lario y con Francesca Pascale, una pareja posterior, estuvo involucrado en separaciones millonarias, con las que frecuentó las revistas del corazón. Durante su paso por el poder, popularizó el término “Bunga Bunga”, tras una serie de escuchas telefónicas en las que Berlusconi hablaba de sus supuestas proezas sexuales, que derivó en una banalización de las reuniones con menores y prostitutas por las que fue investigado.
Inscrito en la Logia masónica P2 desde 1978, en la carrera de Berlusconi no faltó ninguno de los estereotipos delictivos italianos, ni siquiera los vínculos con la mafia. Así, fue investigado en 1996 por la fiscalía de Palermo, Sicilia, por lavado de dinero y por sus vínculos con la Cosa Nostra, incluidos supuestos pagos semestrales por protección y otros negocios, y un abogado de su confianza, Marcello Dell’Utri, fue condenado a nueve años por asociación mafiosa.