Murió María Onetto investigan el caso como suicidio

A los 56 años murió María Onetto, la actriz fue una de las intérpretes más destacadas y lúcidas de su generación: en cada papel lograba bucear en la complejidad del alma humana, en sintonía con la dimensión social. Brilló en teatro, cine y televisión. Venía atravesando una depresión en los últimos tiempos y este jueves fue encontrada muerta en su casa.

Desplegaba en escena todo lo que de la actuación pensaba, que no era poco ni superficial. Reflexionaba mucho, también, sobre la realidad social y política. Brilló en teatro, cine y televisión. Tenía 56 años. Fue encontrada muerta este jueves en su casa.

Su sorpresiva muerte generó desconcierto, conmoción y tristeza en el ámbito artístico. Venía atravesando una depresión tras la muerte de su mamá.

La Policía acudió a su casa debido a la preocupación de sus familiares porque hacía días que no contestaba el teléfono. La noticia fue confirmada por la Asociación Argentina de Actores a través de Twitter diciendo:

“Con gran dolor despedimos a nuestra afiliada, la querida actriz María Onetto. Su prestigiosa y nutrida trayectoria incluye trabajos en teatro, cine y televisión. Nuestras sentidas condolencias a sus familiares y seres queridos».

En la investigación de su muerte, interviene en el caso la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional número 24.

Estaba, aparte, muy afectada por el atentado a Cristina Kirchner, que recién había ocurrido. Sentía que algo de la atmósfera social resonaba en el espectáculo. Era psicóloga, pero Onetto nunca ejerció.
Nació el 18 de agosto de 1966. Tuvo una infancia signada por la muerte de su padre, que ocurrió cuando tenía tan sólo un año, y la depresión de su madre con la muerte.

María padeció un estado depresivo hace 13 años, cuando descubrió que no quería ser madre. Decía que desde pequeña había expresado sus frustraciones «a través del agua» que salía de sus ojos, y que su carta natal abundaba en ese elemento que simboliza la dimensión emocional del ser.

No le fue fácil reconocerse como actriz. El primer director en convocarla fue Rafael Spregelburd, para hacer «Raspando la cruz», en 1997. Y el primer protagónico llegó con «La escala humana», con dirección de Daulte, Spregelburd y Alejandro Tantanian (2001). La actuación fue, incluso, el único rol que encaró en el mundo del espectáculo.

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