
El expresidente de Uruguay falleció este domingo, tras una larga lucha contra el cáncer. Fue símbolo de la humildad, la coherencia y el compromiso social en la región.
José “Pepe” Mujica, expresidente de Uruguay y una de las figuras más queridas de la política latinoamericana, murió a los 89 años este martes. Su fallecimiento generó una profunda conmoción en toda América Latina, donde su estilo austero, su defensa de los más humildes y su legado político dejaron una huella imborrable.
“Con profundo dolor comunicamos que falleció nuestro compañero Pepe Mujica. Presidente, militante, referente y conductor. Te vamos a extrañar mucho Viejo querido. Gracias por todo lo que nos diste y por tu profundo amor por tu pueblo”, escribió el presidente uruguayo, Yamandú Orsi, que confirmó la noticia mediante sus redes sociales.
Mujica había anunciado públicamente en abril que padecía un cáncer de esófago, una enfermedad que se sumaba a otros problemas crónicos de salud que lo habían alejado progresivamente de la vida pública. A pesar de su delicado estado, hasta el final se mantuvo firme en sus convicciones y cercano al pueblo, como lo fue durante toda su carrera política.
Reconocido por su vida sencilla (vivía en una chacra y donaba la mayor parte de su salario cuando fue presidente entre 2010 y 2015), Mujica también fue exguerrillero tupamaro, preso político durante la dictadura, legislador y ministro. Su muerte despertó mensajes de despedida y homenaje de líderes y ciudadanos de toda la región, que lo recordarán como un referente ético y humano de la política.