El magistrado, al frente de la causa por los medicamentos falsos, ordenó el allanamiento del sindicato liderado por Juan José Zanola, uno de los mayores implicados en el expediente. El juez dijo que “cada vez se cierra más” el cerco en torno al representante gremial.
El juez federal Norberto Oyarbide ordenó hoy el allanamiento de La Bancaria, sindicato que conduce Juan José Zanola, uno de los mayores implicados en el expediente.
El magistrado había sostenido hoy que «cada vez se cierra más» el cerco en torno a Zanola, en relación con la investigación sobre el suministro de medicamentos adulterados en el Policlínico Bancario y el vínculo de ese centro médico con la droguería San Andrés, del empresario Néstor Lorenzo, el principal implicado en la causa. Oyarbide señaló que de las investigaciones que lleva a cabo surge el «vínculo directo» que habría entre Zanola y Damián Ferron, uno de los tres empresarios asesinados en General Rodríguez en un hecho relacionado con el tráfico de efedrina.
El juez, quien dialogó brevemente con los periodistas, se refirió a declaraciones de la viuda de Ferron, Mariela Izquierdo, quien señaló que su marido se habría dedicado también a la comercialización de medicamentos adulterados y que entre los compradores estaría el Policlínico Bancario. El magistrado consideró que con ello, Izquierdo «estaría expresando el vinculo directo que mantenía su esposo con Zanola» e indicó que si es cierto, la viuda «tendrá que sostenerlo también en el Juzgado».
«Todo esto, de ser así, el cerco se cierra cada vez más para Zanola», dijo Oyarbide, y consideró que «en muy pocas horas a va ser convocado a dar explicaciones al Tribunal» a su cargo. El juez indicó además que la Fiscalía solicitó que la pareja de Zanola, Paula Avallay, sea convocada a prestar declaración indagatoria en relación con la causa, y reveló que ayer «fue enorme la cantidad de testimonios recibidos de personas que recibieron tratamientos oncológicos en el policlínico bancario».
«Ellos han explicado de modo coincidente el desparpajo que existía en esa institución, porque pasaban por la farmacia a buscar los remedios y directamente desde la farmacia, instalada en la planta baja del policlínico, los enviaban a San Javier que funcionaba dentro del propio policlínico», explicó.
Oyarbide se mostró sorprendido por el relato de los pacientes y tras considerar que «esto es increíble», anticipó que la causa «continúa, y cada vez peor, creo que cada vez vamos más para arriba».
