Media hora diaria de caminata es lo mejor para un cerebro sano

caminata  La falla de la memoria puede asociarse al deterioro cognitivo. Cómo cuidarla para minimizar los riesgos. Un experto reveló las principales características y estrategias.

Vivir más no es sinónimo de mejor o de buen envejecimiento. Uno de los temas que más preocupa, a medida que avanza la edad, es el de la pérdida de memoria, que ha sido reconocido como un acompañamiento de la vejez. Dificultades para recordar el nombre de alguien conocido recientemente o el contenido de una lista de víveres son experiencias por las que pueden pasar todas las personas, a medida que se convierten en mayores. Sin embargo, existe una diferencia entre la dificultad y la imposibilidad para recordar.

El deterioro cognitivo es un proceso silencioso y lento que afecta a personas en una franja de edad de la cual existe la falsa creencia de pensar «es normal que se olvide». Si bien algunos olvidos son aceptables con el paso de los años, es necesario desmentir la idea de que las fallas de memoria, la falta de atención, la dificultad para seguir el hilo de una conversación y otras manifestaciones similares son sólo consecuencia de los años y no síntomas precoces de compromiso cerebral.

Memoria y cerebro

Respecto al deterioro cognitivo, cuyo síntoma más frecuente es el trastorno de memoria, es el resultado de diversos factores. «No es lo mismo en todos los individuos porque depende de tres factores en juego que son clave. El primero de ellos es la ‘reserva cerebral’ que consiste en todo nuestro sistema, cómo está organizado y preparado nuestro cerebro que, a su vez, depende de dos cuestiones», indicó el doctor Raúl Arizaga, médico neurólogo, director de la Unidad de Neurología Cognitiva de Neuraxis.

En los dos primeros años de vida, lo que se denomina realmente reserva cerebral, depende de qué pasó durante los meses del embarazo, la nutrición de la madre, la alimentación en los dos primeros años y la estimulación que recibió el niño durante ese período. «Todo eso da un cerebro terminado, lo que se llama la inteligencia cristalizada que sería algo así como ‘las cartas que recibimos cuando empieza el juego'», detalló el especialista.

Después está la reserva cognitiva que, de acuerdo con el ejemplo del doctor Arizaga, dependerá de cómo jugamos esas cartas recibidas al inicio. En este sentido, según el especialista, es importante «tener el cerebro estimulado, hacer actividad física y tener relación social, no aislarse».

En este sentido, uno de los factores más importantes de deterioro cognitivo es la depresión. «Siempre aparece años antes algún episodio depresivo o, a veces, la depresión antecede directamente al eterioro».

Tipos de olvido

El menoscabo puede tener muchas manifestaciones pero la más frecuente es la memoria porque la causa más frecuente de deterioro cognitivo es la enfermedad de Alzheimer. «Esta enfermedad comienza en lugares clave para el acceso de la memoria reciente, es decir, para incorporar cosas nuevas», explicó el especialista que también es Investigador Principal por Argentina del 10/66 Dementia Research Group de la Alzheimer’s Disease International. «Al producirse alteraciones, fundamentalmente en una zona del cerebro llamada hipocampo, hace que aquella información nueva que se desea incorporar no quede registrada», agregó.

Por otra parte, además de la memoria reciente, existe una de largo plazo, que en los pacientes con deterioro cognitivo se observa que la tienen «presente» y les permite recordar hechos y datos del pasado en una conversación, aunque seguramente no sean capaces de evocar que hicieron el día anterior. Se trata de «la incapacidad de retener información nueva que se incorpora y se pierde. En cambio, la que está consolidada, es la última que se pierde», explicó el experto.

En cuanto al tipo de olvido, «algo que hacemos en el consultorio es pedirle al paciente que retenga tres palabras que, de pronto, no las recuerda. Si decimos «rosa» y no la recuerda, pero le damos un indicio y le explicamos que se trataba de una flor y aún con la clave no la recuerda, se trata de algo muy significativo».

Memoria y medicación

Al hablar de afecciones, trastornos o enfermedades, una pregunta obligada es si hay medicaciones o tratamientos disponibles para hacerles frente. De acuerdo al doctor Arizaga, lo cierto es que, para los trastornos de memoria, hay un grupo de medicaciones que han demostrado utilidad para modificar la progresión de la enfermedad, es decir, enlentecerla.

Según consta en la web clynicaltrials.gov, que sindica la gran mayoría de los ensayos clínicos que se están haciendo en 190 países del mundo, hay unos 1682 estudios clínicos en curso para Alzheimer. No obstante, a pesar de semejante esfuerzo de la comunidad científica, por el momento las drogas disponibles retardan la evolución de la enfermedad pero no ofrecen curas. «Se está trabajando muchísimo. Al observar la investigación básica, es realmente apasionante lo que se está haciendo pero aún nos falta trasladarlo a la clínica», señaló.

Herramientas de prevención

La buena noticia es que, más allá de los medicamentos, contar con una buena estimulación cognitiva o ejercicios puede ser muy beneficioso. «Caminar media hora por día es lo mejor que uno puede hacer, no solo para el corazón sino también para el cerebro», indicó Arizaga.

En este sentido, trabajar una estimulación en el plano físico y mental puede contribuir a enlentecer la progresión de la enfermedad.

La otra estrategia para minimizar las chances de padecer estas patologías es combatir los factores de riesgo vasculares. «En países como Inglaterra ya se ha visto que hay menos incidencia de Alzheimer comparada a la que había 20 años atrás, desde que se han tratado factores predisponentes como hipertensión, dislipemias, sedentarismo y depresión», concluyó el especialista.

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