Cuando digo que estamos «condenados» al fracaso por la clase política que tenemos no es un comentario exagerado, ellos, los políticos, se esfuerzan por reafirmar que son parte del problema y no de la solución.
Por estas horas una publicación del concejal Lucas Yacob ex Cambiemos y hoy Avellaneda Puede, pero siempre PRO según sus propias afirmaciones, se queja y en modo chiste cuenta que el municipio no validó su proyecto de Ordenanza por los excesos de velocidad de los vehículos que circulan por la Av. Ramón Franco.
Publicó lo siguiente:
PRIMER ACTO: El 12/05 presentamos un pedido a la municipalidad para que regule y controle la velocidad de los autos en Ramon Franco y Sadi Carnot.
SEGUNDO ACTO: No nos dan bolilla.
TERCER ACTO: La foto de hoy a la mañana. Un auto se metió en un comercio de la curva a toda velocidad.
¿Cómo se llama la obra?
¡MÁS VIVA QUE NUNCA!
Vale aclarar que el proyecto de Ordenanza presentado evidencia una pobre capacidad para argumentar lo que se pretende sea una Ordenanza Ley, los pocos argumentos parecen descriptos por un niño y no por un adulto que se supone sabe como se redacta un proyecto de Ordenanza.
Si bien es cierto que reductores de velocidad en el lugar serían algo preferible, la realidad es que los lugares donde se usan estos implementos, los conductores que reducen la velocidad son menos que los que les da igual.
Coincido en que hacen falte verdaderos controles, pero debería definirlos, plantearlos en algo más que el supuesto miedo que según Yacob sienten los vecinos, porque he estado varias veces en la zona y nunca escuché eso de forma espontánea.
La falta de respeto de las normas básicas de conducción no pueden ser impuestas, quien conduce mal lo hará existan reductores de velocidad o no, así como todos los días miles de imprudentes conducen usando sus celulares, esto incluye a profesionales como ser, taxistas, colectiveros, remiseros y hasta policías.
Hay que ser responsable como concejal y político, estas chicanas las pueden hacer los vecinos y seguramente lo harán mejor que usted que sigue sin demostrar poner un poco de empeño por honrar el cargo.
Por Marcelo Ricardo Hawrylciw
