La psiquiatra y docente está acusada de tener más de una docena de perros en condiciones deplorables y de acumular cadáveres caninos en Temperley.
Una psiquiatra acusada de regentear un verdadero campo de la muerte para perros fue detenida tras una denuncia al 911 por parte de los vecinos del barrio La Perla en Temperley, partido de Lomas de Zamora, quienes pese a padecer los aullidos y hedor que salía de esa casa jamás llegaron a imaginar el nivel de muerte y crueldad que se llevaban adelante en esa casa.
Luego de la intervención del barrio, más de 15 perros fueron rescatados en condiciones miserables, los que no tuvieron esa suerte fueron los perros muertos y mutilados cuyos cadáveres en bolsas de basura estaban esparcidos dentro de la propiedad ubicada en Carabelas al 100, entre Indalecio Gómez y Triunvirato.
Según los vecinos, muchos de los cuales hicieron denuncias a través de las redes sociales, los perros estaban privados de acceso a agua y comida, lo que derivaba en frecuentes riñas entre ellos por la supervivencia.
Según una de las vecinas había denuncias contra el maltrato a los perros de, al menos, menos cuatro años atrás.
La mujer detenida fue identificada como Analía Beatriz Rodríguez, quien pese a vivir en la ciudad de Buenos Aires, estaba a cargo del cuidado de la vivienda junto a un hombre identificado como Willy quien sería su pareja.
Según los denunciantes, Rodríguez es docente de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y trabaja como psiquiatra en el Hospital Melchor Romero de La Plata.
La denuncia de los vecinos encontró eco en la organización rescatista El Campito que alertó a la Dirección de Zoonosis del municipio de Lomas de Zamora que formalizó la denuncia conformada por las fotografías y videos proporcionados por los vecinos.
De ese modo, durante el fin de semana la vivienda fue allanada y el personal veterinario elaboró un informe sobre el estado de salud de los perros maltratados, de los que una docena, algunas hembras preñadas, fueron trasladados al refugio para recibir atención.
Algunos de ellos presentaban problemas respiratorios, en vista y oídos, además de la mala alimentación y todo tipo de daños producto de ambiente donde sobrevivían.