La mató un oso hormiguero y el zoo tendrá que indemnizar a la familia por $101 millones

El episodio, que tuvo como víctima a una joven empleada del predio, identificada como Melisa Noelia Casco, de 19 años, ocurrió el 10 de abril de 2007.

El Tribunal de Trabajo N° 2 de La Plata, integrado por los jueces Carlos Mariano Núñez, Juan Ignacio Orsini y Julio César Elorriaga, ordenó al dueño del establecimiento, Claudio Quagliata, y a la compañía de seguros Federación Patronal a abonar esa millonaria cifra de dinero a los padres de Melisa.

Los magistrados consideraron en el fallo que “la empleadora vulneró el deber de seguridad e incurrió en una conducta negligente”, lo cual derivó en el dramático desenlace, que pudo haber sido evitado.

El ataque, que se produjo por motivos desconocidos, causó en la joven «politraumatismos severos», por lo que debió ser intervenida quirúrgicamente. El fallecimiento de la chica se produjo poco después de las 8, luego de que los médicos se vieron obligados a amputarle ambas piernas, por las heridas que le causaron las garras del animal.

Tras la muerte de la joven, se labraron actuaciones por «homicidio culposo», con intervención de personal de la Unidad Funcional de Investigaciones (UFI) número 6, del Departamento Judicial de Quilmes, de acuerdo con lo indicado por fuentes policiales.

Por el momento, las autoridades no habían establecido las causas del ataque, que se produjo cuando el animal, que no suele ser agresivo, atravesaba un período de celo. En cambio, una ex empleada del zoológico llamada Cecilia Diminich, quien dijo que era amiga de la víctima, aseguró que el oso hormiguero se llama «Ramón» y que ya tenía «antecedentes agresivos».

Además afirmó que la joven fallecida se encontraba sola en el momento del ataque y que, según su parecer, «no contaba con la preparación suficiente» para desempeñarse como cuidadora sin compañía.

«A Melisa le faltaba capacitación y no podía trabajar sola con ese animal», explicó la joven, que señaló que también había pedido una serie de medidas de seguridad, como handies para notificar cualquier inconveniente. «A Melisa la socorrió el director, porque de casualidad pasaba por ahí y escuchó sus gritos», indicó la chica.

El incidente terminó cuando el director logró alejarlo al amenazarlo con un balde, sin que la mayoría del público pudiera notar lo que estaba pasando y hasta algunas personas creyeron que todo estaba «preparado».

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *