A diario, uno se puede encontrar con conductas insólitas de automóvilistas, incluso de los de categorías profesionales, taxistas y colectiveros entre otros.
A veces uno sigue sorprendiéndose como en esta ocasión, cuando un colectivero muy acalorado de la línea 45, que hace el recorrido Plaza Constitución-Lanús, conduce y bebe de una botella de jugo, no una vez, sino que reiteradas veces hasta agotar el líquido.
Lo peligroso es que esto lo hacia mientras el colectivo se encontraba circulando, dificultando su visión y distrayéndose, poniendo en riesgo a los pasajeros y a terceros.