La Cámara les tomó juramento a magistrados que ocuparán las vacantes en la Justicia penal del fuero federal de la Ciudad. Tendrán las causas de corrupción, entre otras cuestiones sensibles.
Se trata de Sebastián Ramos, que estará a cargo del Juzgado Criminal y Correccional Nº 2; Sebastián Casanello, a cargo del Juzgado Criminal y Correccional Nº 7; Marcelo Pedro Hernán Martínez de Giorgi, que ocupará definitivamente el Juzgado Criminal y Correccional Nº 8, y Luis Osvaldo Rodríguez, a cargo del Juzgado Criminal y Correccional Nº 9.
Los cuatro jueces provienen de la Justicia, y tres de ellos del ámbito federal, de los tribunales de Comodoro Py 2002, que conocen al dedillo.
Martínez de Giorgi era secretario de la Cámara Federal y hoy ocupa, como subrogante, dos juzgados vacantes, entre ellos el 8 del cual ahora será titular; Ramos es secretario en el juzgado a cargo de Daniel Rafecas, y Sebastián Casanello, secretario de la Sala I de la Cámara Federal.
El cuarto es Luis Rodriguez, que se presentó ante colegas, periodistas e invitados a la jura como «el único de afuera», ya que fue juez de instrucción de la Capital.
Casanello, el más aplaudido de la jura, es el juez que heredará varias de las causas que lleva adelante el juez Norberto Oyarbide, quien actualmente se encuentra subrogando el Juzgado 7, donde se tramitó, entre otras, la causa por las escuchas telefónicas ilegales en la que está acusado el jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri, entre otros.
A la emotiva y breve jura asistieron todos los jueces que integran la Cámara Federal, los jueces federales Norberto Oyarbide, Julián Ercolini, Ariel Lijo, Daniel Rafecas, varios fiscales del fuero, el vicepresidente del Consejo de la Magistratura Mario Fera, el presidente de la Asociación de Magistrados y camarista, Luis Cabral, entre otros.
LLamó la atención que no estuvieran Claudio Bonadío, Rodolfo Canicoba Corral y la jueza María Servini de Cubría, pero según versiones de colegas durante la jura, algunos están de licencia.
El concurso para cubrir las cuatro vacantes de los juzgados federales de Comodoro Py se abrió en 2005 y fue el más escandaloso que tramitó el Consejo de la Magistratura en los últimos tiempos.
Fue anulado contra la opinión de una comisión de expertos, reabierto y denunciado ante la Justicia ante la sospecha de que se les había filtrado el examen escrito a dos candidatos.
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