Jorge Ferraresi el dueño del Circo donde mandan los payasos

No debería ser necesario aclarar un título, pero entendiendo las limitaciones de varios de los funcionarios del Intendente Jorge Ferraresi, incluido el propio jefe comunal, vamos a decir que de la definición de payaso, tomo la parte que lo define como «Que hace reír a los demás con sus bromas, ocurrencias, gestos o acciones.»

Esto es lo que provoca en los vecinos, Marcelo José Rey cuando asegura que el personal a su cargo tiene AMPLIAS funciones, algo de lo que se jacta el subsecretario de seguridad, pero que en la práctica no se aplica.

Ya lo he mencionado y estimo seguiré reclamando al intendente que deje de lado la soberbia y reconozca por el bien de los vecinos, que se equivoco y mucho con Mónica Ghirelli como secretaria de seguridad y Marcelo Rey como subsecretario.

Ambos han sido totalmente ineficientes, la inseguridad ha crecido en cada año que estos personajes han permanecido en el cargo y nada de lo que está a su cargo funciona correctamente.

Para desgracia de los vecinos, ni el actual Defensor del Pueblo de Avellaneda Daniel García se preocupa de que algo funcione, oportunamente García cuando hacia campaña para el PRO, aseguraba ser el único que podía generar un cambio en la seguridad, invitaba a los vecinos a que le escriban denunciando delitos de los que tengan conocimiento, ahora que debería ocuparse de la grave situación de inseguridad, prefiere hacer sociales y pasear por el Centro Municipal de Monitoreo y tomarse fotos, de trabajar ni hablar.

Muchos de los delitos que ocurren en Avellaneda, tienen como correlato el hecho de que o bien la cámara de seguridad no funcionaba o estaba apuntando a cualquier lado, en una semana, han ocurrido varios robos violentos en la localidad de Gerli, varios cometidos a 5 metros de un domo municipal y a pesar de ello no hubo prevención alguna, la cosa se agrava y genera malestar en los vecinos ya que varios de los robos ocurrieron a metros de la base de la Policía Local en Heredia y Reconquista, donde también hacen base los Cuidadores Ciudadanos.

Al pésimo trabajo policial que debería controlar el Jefe de Estación de Policía, el Comisario Inspector Gregorio Martínez, pedido y bancado por el intendente Ferraresi, hay que sumar la difusa tarea de los Cuidadores Ciudadanos a cargo de Marcelo Rey, que sumaron funciones, pero no trabajan, por donde se mire hay comercios en infracción, camiones circulando y estacionando violando la propia Ordenanza Municipal local y todo a plena luz y a la vista, lo que es otro punto de malestar vecinal, ya que se llega al absurdo de que se le llama la atención a algún vecinos por por ejemplo podar unas ramas o estacionar el auto sobre la vereda, pero se permite que talleres como el de la calle Heredia y Angaco ocupe toda la esquina con varios autos y no pase nada, el dueño del lugar Diego Pazos incluso en plena cuarentena bebía y se divertía con amigos a metros de la policía que pedía permiso de circulación al resto de los vecinos.

Esta dualidad de exigir a unos y a otros permitirles todo, es coherente con el hecho de que con total impunidad por ejemplo, vecinos denuncien la venta de drogas a pocos metros de cámaras de seguridad del municipio y no pasé nada.

Ante tanto reclamo vecinal, marchas y denuncias por las redes sociales, es evidente que ni el intendente, sus funcionarios o la policía ignoran la realidad, si ninguno hace nada por mejorar la seguridad, solo resta inferir que se trata de que algún beneficio compensa el enojo de los vecinos a los que supuestamente se deben, eso se llama CORRUPCIÓN, ¿de qué sirve pagar altos sueldos a secretarios y subsecretarios que no cumplen su trabajo?, si no le deja una ganancia a qué policía le gusta lo señalen de coimero?, obvio que para que todo esto pase hay complicidad judicial, en el Polo Judicial de Avellaneda fiscales y jueces no son ingenuos ni tibios, pero hay un responsable principal, los propios vecinos, esos que en lugar de unirse por un bien común prefieren creer que la solución pasa por políticos locales que ya demostraron ser más de lo mismo o peor, o alguien puede creer que Luis Otero, Fernando Landaburu, Silvia Diana, Maximiliano Gallucci, Sebastián Vinagre y el resto del HCD no saben que además de los delitos de robo, hurto, venta de drogas, en Avellaneda hay Trata de Personas, explotación de menores, venta de autos robados en agencias locales, desarmaderos y uno poco conocido pero muy redituable, manejo de residuos patológicos, algunos que incluso provienen del exterior y por tu contaminación no son tratados ni en sus países de origen.

La inseguridad en Avellaneda es muy amplia y hay muchas formas de morir, algunas de las que no se habla.

Por Marcelo Ricardo Hawrylciw

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