Se ha transformado en algo habitual, encontrar a empleados municipales con vehículos del municipio estacionando en sus domicilios, llevando a su familia al colegio o a realizar comprar, incluso con salidas nocturnas, hace ya unos cuantos años, cuando el Dr. Guillermo Ramón Valcarce, se desempeñaba como secretario de gobierno del municipio y personalmente le llevé las fotos de una ambulancia que se utilizaba para distribuir gaseosas a kioscos y el abogado considero que como se hacia fuera del horario de traslados de pacientes no era tan grave, y que de última no era ambulancia de emergencia, no supo que responder cuando se le pregunto ¿quién pagaba el combustible gastado fuera de horario?.
Esta anécdota es para que no se piense que esto es algo privativo de la gestión Ferraresi, la diferencia tal vez radica en que luego de la entrevista con Valcarce no volví a ver la ambulancia cumpliendo funciones de furgón, desde esos años a la fecha, el municipio ha incrementado de manera importante la plaza automotor y hoy son muchos los empleados que como mencionábamos utilizan vehículos del municipio, tal vez los vecinos no lo sepan, hay muchos vehículos sin ninguna identificación del municipio, así que a lo que muchos ven, hay que sumarles los que solo los empleados o algunos funcionarios conocen, como por ejemplo la camioneta sin identificación que el intendente tan amablemente hizo asignar a su aliada política la concejal Maia Lata.
Pero utilizar los recursos que todos pagamos con los impuestos y por los que nos suben las tasas, son despilfarrados en distintas tareas, entre las «changuitas» conocidas ahora se suma desde hace unos meses la de trabajos del tipo albañilería, como por ejemplo en la calle Argañaraz e Iriarte (Sarandí) varios con ropa de trabajo y los logos de la gestión Ferraresi construían una vereda mientras descargaban materiales de una camioneta municipal, la misma camioneta, hoy circulaba por Wilde con la puerta lateral abierta, transportando materiales para la construcción, una nueva «chanquita» para unos vivos, que usan un vehículo que podría estar realizando una tarea social y no un mal uso de los recursos del Estado, eso sí, estos mismos, justifican muy fácil sus actos, cada tanto, se sacan fotos para las redes, donde algún política local oportunista, suele decir que estuvieron trabajando por la inclusión de todos, como le gusta hacer a Emmanuel González Santalla y a Tamara Perini.
Sigan la fiesta muchachos que todo tiene un final.
Por Marcelo Ricardo Hawrylciw
