El Gobierno decidiría este martes que hará con la ex papelera Massuh, estatizada un año atrás y cerrada hace dos semanas, mientras unos 470 trabajadores esperan angustiados por sus salarios de abril, que aún no fueron pagados.
Los delegados de los operarios y los representantes gremiales se reunirán este martes con el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, quien comunicaría qué dicidió la presidente Cristina Kirchner sobre la fábrica de papel.
Si bien no trascendieron datos sobre la decisión de la jefa de Estado, algunas versiones extraoficiales indican que el Gobierno podría reabrir la planta para abastecer de papel a la educación pública.
Se trataría de convertir a la papelera Quilmes -ex Massuh- en una proveedora de papel para libros educativos que el ministerio de Educación de la Nación repartiría a las bibliotecas de las escuelas.
Mientras el Gobierno decide, los 470 operarios de la papelera siguen sin cobrar sus sueldos y continúan con incertidumbre sobre qué hará el Gobierno con la fábrica, después de haberla cerrado hace dos semanas.
El delegado de los operarios, Cristian Sanone, dijo que el Estado no pagó los sueldos, y tampoco realizó los aportes patronales y el pago a la obra social.
«Nadie nos asegura que vayamos a cobrar los sueldos. Y mucho menos, nadie nos asegura la fuente de trabajo. Estamos con una incertidumbre total», aseguró Sanone.
Los trabajadores cumplen con sus horarios habituales que van de 8:00 a 17:00 para los mensualizados y rotativos durante todo el día para los jornalizados, para que no los acusen de abandono de tareas.
«No tuvimos un sólo llamado en todo el fin de semana. Los compañeros siguen cumpliendo sus horarios habituales de trabajo.
No abandonan sus empleos», contó el delegado.
Si bien habrá una reunión este martes, la preocupación va en aumento en la fábrica ya que los trabajadores no tuvieron respuesta alguna desde que la planta fue cerrada.
La planta es controlada por el Gobierno desde mayo de 2009, momento en el que desembarcó como interventor el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, en medio de lo que era una inminente quiebra.
El Gobierno salvó la planta pero a fines del mes pasado decidió cerrarla, a pesar de que la producción de papel de todo el año ya estaba comprada por medios de prensa gráfica local.
En medio de la tensión, los trabajadores se reunirán con Tomada a las 10:00 y en principio le reclamarán que les aseguren el cumplimiento del convenio de trabajo firmado en mayo de 2009.
Ese convenio, rubricado por la Federación de los Trabajadores del Papel, el municipio de Quilmes y el Fondo Fiduciario del Banco Nación que se hizo cargo de la administración de la papelera.
