El Gobierno comienza a despedir a los trabajadores de la ex papelera Massuh

Unos 150 trabajadores de la ex papelera Massuh comenzarán a ser despedidos por el Gobierno tras el cierre de la fábrica ubicada en Quilmes, y los otros 320 deberán optar por el retiro voluntario o por conformar una cooperativa con salarios de 1.500 pesos.

Por encima de los festejos patrios, la desesperanza ganó terreno en el interior de la ex Massuh, devenida en Papelera Quilmes tras la intervención del Gobierno en mayo de 2009, dado que los operarios recibieron la comunicación oficial de que serán despedidos.

Los trabajadores se acercarán desde las 8:00 a la sede de Nación Fideicomisos, en Marcelo T. De Alvear 1490, donde autoridades del Gobierno les comunicarán quienes serán despedidos y quienes tendrán la posibilidad de acogerse al plan de retiros voluntarios.

Los que queden, que serían unos 320 operarios, conformarán una cooperativa para seguir produciendo papel con salarios de 1.500 pesos, contra los actuales que van de 3.000 a 5.200, dijeron los obreros en el interior de la planta.

Según ya se les comunicó a los obreros, Nación Fideicomisos les ofrecerá 2.700 pesos por el salario adeudado de abril y otros 2.700 por mayo, y en los primeros días de junio arrancará la cooperativa que será diseñada por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.

«Estamos tristes. Aquí no hay Bicentenario por festejar. Se están cerrando puestos de trabajo y muchos de nosotros tenemos hijos chicos», dijo una obrera a esta agencia en el interior de la planta en la tarde del miércoles.

Moreno es el director ejecutivo de la ex Massuh -devenida en Papelera Quilmes- desde que el Estado se hizo cargo en mayo de 2009, por indicación de la presidenta Cristina Kirchner para evitar la quiebra.

Entonces, el Gobierno, a través de Nación Fideicomisos, y la Federación de Obreros y Empleados de la Industria del Papel (FOEIPC) firmaron un acuerdo laboral vigente hasta noviembre de 2011, con el que se comprometían a sostener los empleos.

Pero el pasado 23 de abril, Moreno decidió frenar la producción y cerrar la fábrica ante un escenario de fuertes deudas y una aparente imposibilidad oficial por sostener financieramente la compañía.

Ahora, el plan oficial es el de armar una cooperativa para que los trabajadores se hagan cargo de las instalaciones, de la producción y comercialización del papel, para desentenderse de la firma que le trajo muchos dolores de cabeza.

El programa de cierre de la empresa ofrece a un trabajador con 37 años en la planta 33 mil pesos como indemnización, contra los 170 mil pesos que le correspondería por ley, señalaron asesores legales de los operarios.

Además, al ser despedido, el obrero pierde cuatro aguinaldos y dos meses de vacaciones que le corresponden hasta el fin del acuerdo firmado por Nación y la FOEIPC, en noviembre de 2011.

Los obreros habían diseñado junto al intendente de Quilmes, Francisco «Barba» Gutiérrez, un proyecto para sostener la planta con financiamiento del Estado Nacional para abastecer de papel al ministerio de Educación de la Nación, pero la idea no convenció a Moreno y la planta no será reabierta como empresa.

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