El dueño de la herrería donde estuvo secuestrado Matías está acusado de ser el autor material del crimen

Se trata de Richard Fabián Souto (43), el herrero uruguayo propietario del galpón de Benavídez, donde Berardi estuvo cautivo desde la mañana del 28 de septiembre, y de donde logró escapar pero fue recapturado el día siguiente. La justicia, además, procesó con prisión preventiva a 8 de los 10 detenidos.

El dueño de la herrería de Benavídez donde Matías Berardi estuvo secuestrado antes de ser asesinado en Campana, está acusado de ser el autor material del crimen, según estableció la Justicia Federal en el marco del procesamiento con prisión preventiva de 8 de los 10 detenidos que había por el caso.

Se trata de Richard Fabián Souto (43), el herrero uruguayo propietario del galpón de Benavídez, donde Berardi estuvo cautivo desde la mañana del 28 de septiembre, y de donde logró escapar pero fue recapturado el día siguiente.

Fuentes judiciales informaron hoy a Télam que el juez federal subrogante de Campana Adrián González Charvay procesó por el delito de secuestro extorsivo seguido de muerte a ocho de los diez detenidos y cada uno de ellos les dictó un embargo de un millón de pesos.

Además de Souto, fueron procesados y seguirán detenidas su mujer Ana Cristina Moyano (38), su hija Jennifer Stefanía Souto (19) y Elías Emanuel Vivas (22).

La medida también alcanzó a Néstor Facundo Maidana Calveira (23), alias «El Chino», su hermano Federico Esteban Maidana Calveira (27); la pareja del primero y hermana de Ana, Celeste Verónica Moyano (27); y a una adolescente de 17 años, cuya identidad se reserva por ser menor.

Los únicos dos detenidos que fueron liberados por falta de mérito son el ex socio del herrero uruguayo, Santiago García (61), y el portero Miguel Moyano, padre de Ana y Celeste y suegro del herrero.

Si bien ya recuperaron la libertad, ambos seguirán siendo investigados hasta colectar más pruebas que determinen si estuvieron o no vinculados al hecho.

Voceros judiciales con acceso al auto de procesamiento señalaron a Télam que el juez González Charvay avaló la investigación realizada hasta el momento por el fiscal federal de Campana, Orlando Bosca, y le atribuyó al uruguayo Souto ser el imputado que ejecutó a Berardi.

Siempre según las mismas fuentes, en el procesamiento el magistrado señala que Souto fue quien en el descampado ubicado en un camino de tierra a 300 metros de la ruta 6, a la altura de Campana, efectuó dos disparos con una pistola calibre 11.25, uno delos cuales ingresó por el omóplato derecho de la víctima y le ocasionó la muerte.

La principal prueba que coloca a Souto como el presunto tirador es una pericia que detectó rastros de deflagración de pólvora en sus manos.

Los mismos informantes señalaron que para la Justicia, los tres imputados que concretaron la captura de Berardi, cuando a las 5.45 del 28 de septiembre se bajó de la combi que lo dejó en el ramal Pilar de Panamericana y Ruta 26, fueron los hermanos Maidana y Vivas.

Ocho fueron los llamados extorsivos que en total recibieron desde el celular de la propia víctima los padres de Matías -Juan Pablo Berardi y María Inés Daveiro-, y según la causa, el monto del rescate solicitado varió de 500 a 30.000 pesos.

Para la Justicia Federal de Campana, todos los llamados extorsivos fueron realizados por el mismo imputado: «El Chino» Maidana. Además, a partir de la declaración de los vecinos de la herrería de la avenida Sarmiento 407 de Benavídez, se estableció que el uruguayo Souto y Facundo Maidana fueron quienes recapturaron a Matías cuando a las 19.20 de aquel 28 de septiembre logró escapar del lugar de cautiverio y pedir ayuda.

Souto y Maidana salieron a perseguirlo y lo recapturaron a las dos cuadras, en la puerta del cementerio municipal.

A los mismos acusados, los señalan como los responsables de trasladar a Matías al lugar del crimen.

En cambio, a Ana Moyano, a su hermana Celeste y a la hija de la primera, Jennifer Souto, le atribuyen el rol de engañar a los vecinos y alertar a los gritos que el joven que corría era un ladrón que los había intentado asaltar.

La clave que llevó a los investigadores a la herrería de Souto fue un llamado realizado al 911 por una vecina que al ver en los noticieros de televisión la foto de Berardi y enterarse que había aparecido asesinado tras estar secuestrado, denunció que la noche anterior un chico parecido a la víctima había salido corriendo y pidiendo ayuda.

En caso de ser condenados en un futuro juicio oral, los ocho procesados hoy por secuestro extorsivo agravado seguido de muerte, podrían ser condenados a la pena de prisión o reclusión perpetua.

 

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