Cuando el escritor Jorge Amado ideo la famosa novela Doña Flor y sus dos maridos, allá por 1966, fue un cachetazo a la sociedad de la época, mezclaba la ironía, la sátira social y un derroche de sensualidad que provocó por muchos años a quienes leyeran o vieran la película.
Por estos tiempos, en el partido de Avellaneda, un aprendiz de “Satanás”, como lo definen algunos de sus allegados que lo conocen muy bien, recuerdan que hoy él es el jefe de quien supo ser “asesor”, tan bien lo conocen que no dudan en afirmar que muchas de las cosas que hace tienen un toque de su ex jefe, pero que no posee la misma cintura política necesaria para evitar las explosiones en el municipio, ni tiene el mismo carisma para conseguir que los vecinos los saluden sin ir con una carta o pedido. “Con la billetera cualquiera hace política” suelen decir muy seguros de que a Jorgito le falta bastante por recorrer y que no todo es creerse inteligente y bello, mucho menos tener gestión en base a mirar con suficiencia, el ego no siempre es un buen consejero y si hay algo que no ha sabido hacer, es rodearse de gente que le dé los consejos necesarios, aduladores siempre han existido y son los que nunca pagan los resultados porque siempre van a saltar del lado del que necesite ser adulado.
Persecuciones ideológicas, uso excesivo de lo que se conoce como “terror administrativo” y una fama de Don Juan, que muchos destacan es uno de sus gruesos errores, porque termina estando en boca de muchos por algo que no tendría necesidad de hacerlo de forma tan desprolija.
Desde siempre han existido líderes que no han sabido manejar el poder, y en la necesidad de los demás han encontrado una doctrina de miedo y sumisión, una fórmula que el tiempo ha demostrado no tiene buenos finales, pocos por más que lo intentan han llegado a lo que se conoce como un líder carismático y han preferido embriagarse en los aplausos rentados, en los “aliados”, que como si en un TEG se tratara, en cualquier momento rompen la alianza y terminan atacando con los enemigos.
Pero la política es complicada cuando no se tienen las características de un líder, y todo pasa por el clientelismo, los perros que se pueden alquilar son simplemente mercenarios y no es raro que terminen mordiendo la mano del que les da de comer cuando otro ofrece más.
POLÍTICA Y SINDICALISMO
Que el hombre es un buscador innato de poder ya fue estudiado por los grandes filósofos y pensadores universales, y hay miles de obras al respecto, algunos por simple ignorancia y mediocridad suelen citar algunos textos como La República, El Príncipe y hasta el Arte de la Guerra, cuando en realidad carecen de todo el contenido teórico de sus autores, que no se emparda con algunas frases sueltas.
En la Argentina, muchos se llenan la boca con frases peronistas, llaman a sus agrupaciones Evita, Eva o utilizan fechas históricas, cuando no palabras como liberación, revolucionario, revolución, para luego engrosar sus cuentas sin ningún remordimiento por el engaño a quienes ingenuamente creen en sus discursos.
Como de alcanzar el poder se trata, hay quienes apuestan a la política en un partido o movimiento y hay otros que lo hacen desde la representación de sus propios pares y escogen el sindicalismo.
No por nada, las últimas encuestas nacionales ubican en lo más alto de la escala de corruptos, a los políticos y los sindicalistas, ejemplos sobran de sindicalistas millonarios que además reclaman espacios en la política, y no dudan en utilizar los recursos que deberían administrar de sus representados en sus propios proyectos políticos.
Así, como con un trabajo no alcanza, uno puede observar como muchos delegados tienen dos entradas de dinero, la del Estado y la del sindicato, sin que realmente importe si los trabajadores pueden mejorar sus salarios y condiciones laborales.
Hoy más que nunca, uno encuentra a sindicalistas ocupando cargos políticos y a la vez son dirigentes sindicales, algo que al parecer saben dividir muy bien, porque cuando son políticos parecen olvidarse de su mandato sindical y cuando son sindicalistas se olvidan de legislar por los trabajadores.
En esta mezcla, algunos políticos suelen coquetear con distintos delegados, algo que Ferraresi no iba a dejar pasar, por lo que desde el municipio se ayudó de muchas formas al quiebre de los dirigentes y delegados del STMA (Sindicato de Trabajadores Municipales de Avellaneda) y la UMA, como forma de debilitar el poder del sindicato frente a las próximas elecciones, más poder significa mayores pedidos.
Así Avellaneda, es el único municipio con tres representaciones gremiales, ya que además de las mencionadas antes también existe la ATMA (Asociación de Trabajadores Municipales de Avellaneda) que conduce Alejandra Recart y que no ha tenido la fuerza necesaria para que el intendente se siente a negociar con ellos.
Pero la pelea política no solo pasa por detrás de quien se alinea cada sindicato y federación, la provincia de Buenos Aires cuenta también con dos federaciones, la FESIMUBO que conduce el Cholito Rubén García, y la FSTMPBA, que conduce Oscar Ruggiero, las diferencias son muchas y no solo en lo político.
La posible candidatura del Ministro Randazzo, a quien apoyaría el STMA, choca con los intereses de los que irían detrás de Daniel Scioli, como es el caso de Daniel Aversa, que sería el globo de pruebas del intendente Jorge Ferraresi, quien tiene varios de sus funcionarios trabajando para Scioli, Mariotto y hasta para el candidato que surja del PRO.
Es lamentable que un municipio con tantos delegados y sindicatos no pueda acordar mejoras reales para los empleados municipales, con sueldos básicos paupérrimos, con un servicio regular de la obra social, y más peleas por intereses personales que para el resto de los trabajadores.
A tal punto llega la incoherencia de quienes dicen defender los derechos de los trabajadores que por citar un solo ejemplo, el STMA, pagaba una suma que superaba los 50 mil pesos mensuales por un espacio en un canal de cable, y el mayor beneficiado era un familiar de un alto dirigente, en tiempos de crisis se justifica un gasto semejante para un programa que la mayoría de los trabajadores consultados por El Sindical jamás vieron ni sabían que existía.
Así, unos y otros van por todo lo que implique poder y manejo de una caja, son sindicalistas, son políticos, mañana dirigentes de algún club de fútbol y vaya coincidencia, la mayoría de los clubes de fútbol hasta los que se llaman “grandes” están en rojo, con empleados en negro, con deudas de salarios y pésimas condiciones laborales.
Y así los únicos que se benefician tanto en la política, como en el sindicalismo o el fútbol, son los violentos, la mano de obra barata, donde haya un acto o movilización “los muchachos son convocados”.
Por eso antes de votar un político, un sindicalista o un dirigente de fútbol primero infórmese, porque la ideología es la primera mentira de esta gente, hoy en día el municipio tiene “ñoquis” de todos los partidos políticos, incluidos los de la oposición, barras, sindicalistas, todos muy obedientes, pero inútiles para brindar un servicio a los vecinos o a los afiliados.
El mejor juego de Jorge Ferraresi hoy es el “coqueteo”, lanzan bombas de humo para entretener a los que no están informados sobre que existen peleas ideológicas, pero la realidad es que todo termina arreglándose con cuestiones económicas.
Aversa y García apuestan a dos posiciones diferentes porque es la mejor estrategia para financiar las campañas y subir el gasto de hacer política.
Pero a fuerza de verdad no son los únicos que hoy se abrazan al intendente se sacan la foto y pegan algunos carteles, hay muchos que viven de la política y cualquier convocatoria les sirve para quedarse con parte de los “gastos de campaña”.
Desde El Sindical, les advertimos a los vecinos, a los hinchas y a los trabajadores que no crean todo lo que escuchan de estos personajes, que hoy se besan, abrazan y luego se terminan borocoteando.
Por Marcelo Ricardo Hawrylciw