Detienen a exhibicionista en Dock Sud y recupera la libertad por orden de la fiscalía

exhibicionista-detenidoEn la fecha y siendo la hora 06:00 se detalla móvil zona 20 se llega hasta la calle Ayolas y Ponce donde hallan a Patricia Spoari, argentina, ama de casa dda en la calle Ponce al 1400 con su hija ARIANA M. de 13 años quien informo que su vecino ZAPATA JAVIER, argentino de 43 años, changarín, con ddo Ponce 1136 había hecho exibiciones a la hija de la mencionada tras lo cual se entrevistó a vecinos que confirmaron los actos del acusado por lo que se lo condujo a Zapata al asiento de la seccional 3era con las mencionadas mujeres poniendo en conocimiento a la UFI Nº 4, la que dispuso se lo notifique del Art. 60 y recupere la libertad y a Minoridad del Municipio, se labran actuaciones por Exhibiciones Obscenas.

Hasta acá el relato del hecho policial, donde la policía hizo su trabajo, pero por una apresurada medida judicial, la UFI 4 de Avellaneda a cargo del abogado Guillermo Castro adopta una cuestionable medida donde no se hace nada por las víctimas y la prevención no deben seguir ocurriendo en una sociedad en la que los delitos sexuales crecen gracias a malas decisiones judiciales, que permiten que degenerados continúen sin mayores problemas entre los ciudadanos.

Es de esperar que la menor víctima de las exhibiciones de este personaje no vuelva a tener que pasar por esta situación y ver como la policía detiene al pervertido y un fiscal sin adoptar medidas que preserven a la víctima, que respeten su dignidad, la de su madre y la de los vecinos que fueron testigos de los actos del acusado, permite que en muy pocas horas este sujeto regrese a su vida.

Los superiores de esta clase de fiscales que solo demuestran interés en determinados delitos, deberían ser evaluados, son estas medidas las que generan en la sociedad descrédito en la justicia, no basta con el hecho de que el delito sea excarcelable para no hacer nada, de hecho en teoría casi todos los delitos son excarcelables y no siempre tienen una posición tan liviana.

 

Por Marcelo Ricardo Hawrylciw

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