Denuncian que desconocidos entraron a la fuerza a la casa del testigo asesinado, amenazaron a familiares y huyeron de la policía

Leonardo-Andrada-rostroEl hecho ocurrió cerca de la medianoche, mientras los restos de Leonardo Andrada eran velados a unas 30 cuadras del domicilio del motorman asesinado. El hombre, un testigo clave en la tragedia de Once, fue asesinado en un confuso episodio.

Fuentes judiciales informaron a Télam que en la casa de la calle Esmeralda al 800, donde Andrada residía junto a su actual pareja y su madre, no había nadie y sus familiares habían colocado en la puerta un cartel en el que anunciaban dónde y a qué hora se realizaba el velatorio.

Cuando un pariente y un acompañante regresaron a la vivienda advirtieron que la puerta de entrada estaba violentada y al ingresar se sorprendieron al hallar a dos hombres desconocidos.

Según las fuentes, los intrusos –aparentemente sin armas- amenazaron verbalmente al familiar y su acompañante y luego huyeron.

En los alrededores de la vivienda los dos sospechosos se toparon con efectivos en un patrullero que aparentemente habían sido alertados por un vecino que oyó cuando rompieron la puerta.

Los voceros judiciales indicaron que los policías persiguieron a los sospechosos pero estos finalmente escaparon.

Algunos testigos dijeron a los pesquisas que durante la persecución se escucharon disparos que se investigan si fueron efectuados por los sospechosos, los policías o de ambos lados.

En tanto, los investigadores hallaron en el interior de la casa de Andrada las dos habitaciones revueltas, por lo que procuran determinar si existe algún faltante.

Una fuente judicial con acceso al expediente dijo a Télam que, por el momento, manejan tanto la hipótesis de que se trató de dos delincuentes que entraron a robar al advertir a través del cartel que no había nadie en la casa, o que quisieron hacerse pasar por ladrones para ocultar algo más que esté vinculado al homicidio.

Andrada fue asesinado a balazos alrededor de las 6 del viernes, en José María Paz y Malabia de Ituzaingó, donde fue atacado por delincuentes con aparentes intenciones de robo cuando se dirigía a trabajar a la vecina localidad de Castelar.

El cuerpo sin vida del maquinista estaba recostado sobre una columna de un refugio con tres disparos en la espalda, los cuales pudo haber recibido durante un forcejeo con sus atacantes, previo al robo de su teléfono celular.

En el lugar, los investigadores encontraron un cuchillo que se cree fue utilizado por la víctima para defenderse del ataque.

La fiscal de la causa, Florencia Di Sciacio, investiga todas las hipótesis porque la Policía le informó que el maquinista tenía una pequeña suma de dinero en su bolsillo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *