El reciente fallo de la Corte Suprema amparando el aborto en casos de mujeres violadas ratificó algo que ya estaba tipificado en el Código Penal (artículo 86), pero al mismo tiempo puso de relieve una problemática profunda, que requiere de enérgicas políticas públicas y participación de la sociedad en conjunto. A partir de la decisión del máximo tribunal, se conocieron dos casos de “niñas-madre” en Corrientes.
Ahora se suma un caso similar en la localidad bonaerense de Del Viso, con una nena de 12 años, embarazada de 5 meses, producto de un abuso cometido por su hermano. La situación había llegado al extremo de que la niña concurría al colegio fajada, y tras descubrirlo, fue su propia maestra quien llevó adelante la denuncia. Según pudo averiguarse, el embarazo de la menor era de conocimiento de su entorno familiar. Ahora, es la justicia quien intentará determinar si existió responsabilidad de los adultos. El dato de la nena asistiendo a clases con faja y ropa suelta, con el objetivo de ocultar su estado, revela la grave intencionalidad de invisibilizar el sufrimiento de la víctima y, al mismo tiempo, negar la responsabilidad penal del abusador.
Fuentes judiciales que confirmaron la denuncia manifestaron que “tanto el hermano de la niña, apuntado como el responsable del embarazo a partir de una situación de abusos sexuales, como la madre, que habría propiciado el ocultamiento de la gestación, son ahora investigados”, aunque se aclaró que “lo importante y urgente es la salud física y mental de la niña, quien ya está a cargo de un gabinete de especialistas”.
La prolongación del embarazo, se indicó, no permite a las autoridades médicas que intervienen cumplir con el fallo de la Corte Suprema y el artículo 86 del CP. La decisión se fundamenta en que la interrupción de la gestación “sería de alto peligro para la salud de la menor”.
De igual modo, se reconoce que también “la gestación, para un útero que apenas está desarrollado, podría traerle consecuencias graves”. Aunque no hay mayores datos, el estado de salud actual de la niña sería “estable”. También se destaca el rol de la maestra de la nena, que asiste regularmente a una institución educativa de la localidad de Del Viso, en el partido de Pilar.
Es que la docente fue quien comenzó a sospechar, y en determinado momento mantuvo una charla con su alumna. La niña terminó por “quebrarse”, y brindó un terrible relato acerca de su calvario y las presiones que recibía del entorno familiar para que el caso no trascendiera.
Lejos de cruzarse de brazos, la maestra optó por llevar el caso a la justicia y, fundamentalmente, resguardar la integridad de la niña. En la justicia ya comenzaron investigar los pormenores del hecho, y se adelantó que es “muy complicada” la situación de la madre, aparentemente la instigadora del silencio, y de un hermano de la pequeña, que habría sido el autor material de los abusos sexuales que derivaron en el embarazo.
La provincia de Corrientes fue escenario, la semana pasada, de dos casos similares, con niñas en avanzado estado de gestación, producto de violaciones. Tal como ocurre ahora en Del Viso, tras la intervención de la justicia y profesionales médicos, se decidió continuar con los embarazos.
