En lo que va del año se recibieron más de 400 denuncias en el 0800 del programa Proteger del gobierno porteño. El 47% fue por maltrato psicológico; 27%, abandono; 13%, físico y 13%, abuso financiero.
Más de 400 denuncias por abuso y maltrato contra personas adultas mayores fueron registradas en lo que va del año en la línea 0800 del programa Proteger del Gobierno de la Ciudad, que brinda contención y asistencia, y se realizaron 2.475 intervenciones, lo que representa un 35% de aumento respecto al mismo período del año pasado.
Según el tipo de abuso y/o abuso denunciado:
- 47%, por maltrato psicológico.
- 27%, abandono o negligencia.
- 13%, maltrato físico.
- 13%, abuso financiero.
Durante el año pasado, en total, se recibieron unas 1500 denuncias. Según el tipo de maltrato, las cifras son similares a este año: 43%, maltrato psicológico; 29%, abandono; 16%, maltrato físico; 12%, abuso financiero.
Asimismo, los datos de 2013, brindados por el programa, dependiente de la subsecretaría de Tercera Edad porteña, del Ministerio de Desarrollo Social de la Ciudad, detallan:
- 39% de las víctimas tiene entre 70 y 79 años.
- El 28%, entre 60 y 69 años.
- El 24%, entre 80 y 89 años.
- El 9%, más de 90 años.
También se destaca que más del 75% de los casos corresponde a mujeres mayores.
Proteger está destinado a personas de 60 años y más que residen en el CABA. Las denuncias se pueden realizar a través de la línea gratuita 0800-222-4567, de las comunas, y por correo electrónico a proteger@buenosaires.gob.ar
También cuenta con equipos especializados en seis sedes, de lunes a viernes de 9 a 15: central, avenida Warnes 2650; Once, Junín 521; Caballito, avenida Patricias Argentinas 277; Flores, avenida Rivadavia 7202; Saavedra, Miller 2751; Belgrano, avenida Cabildo 3067.
En caso de emergencia o riesgo de vida llamar al 0800-666-8537.
«Unidad de cuidado»
Consultada por este diario, al conmemorarse hoy el Día de Toma de Conciencia contra el Abuso y Maltrato en la Vejez, la coordinadora general de Proteger, Rosa Aizen, destaca que «cada caso se transforma en una unidad de cuidado porque no es solo una persona sino es esa persona y su entorno familiar».
La problemática del abuso y maltrato contra los y las mayores tiene varias aristas, con el agravante que en la mayoría de los casos el victimario suele ser un familiar o cuidador.
«Hay familias donde el maltrato es una violencia crónica, se transmite de generación en generación», señala la psicogerontóloga.
«Que vengan a contar su caso no significa que ya están realizando una denuncia judicial», aclara, dado que muchas víctimas sienten miedo o vergüenza de decir que sufren malos tratos por parte de un familiar o persona de su círculo íntimo.
«Por eso son importantes las charlas de concientización, para que las personas mayores se empoderen, así como para que alguien cercano detecte el abuso y maltrato y remita el caso», agrega.
Aizen asegura que en todos los casos «conviven varios tipos de maltrato, pero las denuncias que más aumentaron fueron las de violencia psicológica, por un reconocimiento, tener conciencia que existe».
Asimismo indica que como agravantes de situaciones de malos tratos se encuentran «la dependencia, la fragilidad, ser mujer y la longevidad».
En este sentido, la profesional manifiesta la importancia de «incluir la perspectiva de género porque muchas mujeres envejecen con creencias, mandatos de una sociedad patriarcal, llegan a los 70, 80, 90 años, a veces con 50 años de maltrato, y recién ahora se animan a denunciar».
Abandono y abuso financiero
Otro tipo de maltrato que aumenta es el abandono, «las personas mayores sin redes, donde las denuncias llegan por parte de los vecinos», remarca.
También el financiero, para el cual, según la denuncia, «se traslada a la persona mayor a la ANSES a dar de baja el poder, a los bancos para rehabilitar sus cuentas, se trata que recupere su identidad y el manejo autónomo de sus bienes y dinero», señala Aizen.
En tanto afirma que así como «se dan casos de mujeres que no tienen ingresos y dependen del victimario; hay casos de maltratadores que dependen de las víctimas; y otros donde los hijos fallecieron y las abuelas se hicieron cargo de los nietos, pero a veces hay casos de adicciones de los jóvenes y fragilidad/dependencia de la persona mayor».
Derivaciones asistidas
Por su parte, el jefe de Gabinete de la Subsecretaría, Diego Martínez, destaca que desde Proteger «se articula todo el tiempo con otros organismos, como la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema, la Policía Federal, la Metropolitana, fiscalías».
También se realizan derivaciones asistidas a servicios nacionales y del Gobierno porteño: «contactamos a la persona que el adulto mayor tiene que ir a ver, y va con una nota y cita concertada».
En tanto, cuando corre riesgo la vida, se pone en resguardo a la persona mayor en un refugio, como ocurrió en cinco casos.
