En la vorágine del diario vivir, no advertimos a veces que mientras cenamos en familia, el televisor nos habla, nos muestra, y hasta casi es parte de nuestra mesa… En el auto o el colectivo, suenan voces de la radio que se mezclan con bocinazos y nuestras propias cuestiones internas, otras veces en el barcito donde solemos desayunar, o detenemos la marcha para un café, tenemos como parte del decorado pantallas de tv, que nos invitan a adivinar que sucede pues son imágenes sin sonido…Incluso caminamos por la calle desprevenidos y desde los kioscos de diarios nos sonríen mujeres semidesnudas, o nos patea un gol en primer plano el club de futbol campeón…
Pero ponemos un filtro? Hacemos un análisis de lo que queremos ver y lo que nos imponen ver??
El caso Ángeles Rawson vuelve a traer al centro de la escena el rol de la prensa, los límites al buen gusto, y deja expuesta , cruelmente expuesta, como se expuso en las fotografías del Diario MUY, del grupo Clarín, el cuerpo de Ángeles , no solo sin vida, sino ya sin derecho a ser respetada…
Este simbronazo, me hace pensar también en el grado de responsabilidad de los dueños de los medios que se prestan una y otra vez, (como con Balbín fotografíado en coma, como Jazmín de Grazia fotografiada fallecida en su bañera , como Ángeles fotografiada en medio de la basura) a ser carroñeros, con el único justificativo de VENDER MÁS.
Y nosotros, los televidentes, los oyentes de radio, los compradores de diarios, los sujetos pasivos en ocasiones, que consumimos ese tipo de material, que grado de complicidad tenemos ??? Será que también formamos parte de la necrofagia informativa?
Yo creo que sí, que TODOS somos responsables, y no me refiero al interés que despertó este caso , sino a la falta de pudor que se ha instalado en nosotros mismos, que mientras cenamos, ACEPTAMOS debatir sobre adn, tipo de penetración en violaciones, detalles casi obsenos de los crímenes más atroces que nos logran conmover en un principio pero que después nos atrapan conforme crecen los detalles macabros …
Cuando diremos basta? Quién podrá detener el sino de buitres del prójimo? Cuál es el límite?.
Seguramente no hay respuesta aun, o tal vez se caiga en la justificación , de la libertad de prensa, o del rating, o del mayor tiraje a mayor sangre, e incluso se termine culpando al consumidor, PERO NO OLVIDEMOS QUE SI NO ME OFRECEN BASURA, NO CONSUMO BASURA.
Tengo la tarea a partir de hoy de tamizar la información que día a día recibo sin pruritos, sin objeciones, con la sola prevención de sacar mis propias conclusiones, pero no es suficiente.
Sin dudas DEBEMOS HACERLES SABER A LOS DUEÑOS DEL BASURAL, QUE NO NOS VENDAN MIERDA PORQUE NO LA QUEREMOS CONSUMIR
Dra. Valeria Carreras
