Cada 7 días muere un niño en el campo por tareas agropecuarias

  En nuestro país cada día ocurren aproximadamente 100 accidentes durante las tareas agropecuarias. Buscan diseñar estrategias que permitan revertir esta tendencia, aunque destacan los beneficios para la salud de la infancia en el campo.

Esta semana, el tema volvió a ser noticia, cuando un joven de 18 años murió al caer de un tractor y sufrir la amputación de su brazo izquierdo. El lamentable accidente ocurrió en la zona rural de Chovet, donde por causas que se tratan de determinar, Sebastián Ojeda sufrió severas lesiones en uno de sus brazos al caer sobre el enganche del tractor. Si bien el padre del muchacho lo trasladó al Hospital de Firmat, dejó de existir pese a los esfuerzos de los médicos por salvarle la vida.

En la Argentina, cada día ocurren aproximadamente 100 accidentes durante las tareas agropecuarias; muchos de ellos con niños. En el mes de abril, en Campolitoral hacíamos hincapié en un estudio que revela que de esas víctimas fatales, el 26 % corresponde a casos de asfixia (en un tanque, en el bebedero, en un arroyo, una laguna, una laguna de desecho de tambo o un silo). Otro 22 % de los casos fatales son por accidentes con maquinaria, generalmente cuando un nene va arriba del tractor. Y que la tercera causa es la relacionada con los animales (principalmente caídas de caballos) con un porcentaje superior al 20 por ciento. “En total, 147 niños fallecidos en los últimos 4 años”, remarcaba el Dr. Marcos Grigioni, en un informe central que causó gran impacto.

La hora de ocuparse

En los últimos años, la tendencia se agravó. De hecho, el último informe de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT) evidenció que la actividad agropecuaria es la que durante el año 2015 tuvo la mayor incidencia de fallecidos por enfermedades profesionales y por accidentes laborales.

Dentro de estos accidentes, la participación de la maquinaria agrícola sigue siendo muy frecuente, no sólo en Argentina, sino también en los distintos países del mundo.

Por eso, con el objetivo de mejorar la situación de salud y seguridad agropecuaria, un grupo de profesionales de la ingeniería y la medicina se propusieron poner en agenda esta situación para generar mejoras en la seguridad de las máquinas agropecuarias que protejan a los productores y trabajadores rurales y que a la vez generen beneficios a los fabricantes nacionales.

El Dr. Grigioni explicó que “uno de los desafíos más significativos en la promoción de la salud y la seguridad agropecuaria es reconocer los distintos problemas y sus orígenes, establecer prioridades y usar eficientemente los recursos, a través del involucramiento de todas las partes que constituyen el sector agropecuario. Entender este escenario desafiante es crítico para el éxito de las actividades, lo que va a resultar en la prevención de miles de accidentes y enfermedades profesionales”.

La idea que propuso entonces es la conformación de una coalición que incluya a las distintas organizaciones gubernamentales, de productores y de trabajadores rurales, instituciones, investigadores, extensionistas y empresas de maquinaria agrícola, como una estrategia para lograr el objetivo de accidentes cero en el campo.

El campo es salud

Pero no todas son malas para el campo. De hecho, un informe médico publicado por el periódico La Voz de San Justo de Córdoba que lleva la firma de Isabel Fernández, destaca las ventajas para la salud de los niños criados en el campo (en general) y en el tambo (en particular) en algunas afecciones puntuales.

“Los niños de campo tienen menos asma y rinitis alérgica; además el uso de antibióticos en el primer año de vida aumenta notablemente el riesgo de presentar ambas enfermedades en la niñez, aunque los que viven en el campo están protegidos de ese riesgo de los antibióticos”, concluye la investigación realizada en el departamento San Justo (Córdoba) por el profesor y doctor en Medicina, pediatra especializado en medicina respiratoria, Héctor Badellino.

La importancia del trabajo radica en que es el primer estudio mundial que muestra la protección que ejerce la microbiota -el conjunto de microorganismos que se localizan de manera normal en distintos sitios del cuerpo- en los niños rurales ante el efecto agresivo y de riesgo del uso de antibióticos en niños menores de un año.

Badellino aseguró que en la investigación la hipótesis que plantearon era que el uso de antibióticos modifica la microbiota, y ese cambio en la composición de la microbiota es la que expone a las enfermedades alérgicas, en un paciente con herencia que lo predisponga.

“Los pacientes que viven en el campo tienen seguramente una composición de microbiota diferente, lo que los protege del efecto agresivo de los antibióticos. Esa es la explicación por la que los antibióticos sólo tienen efecto de riesgo en los niños urbanos y no en los rurales‘, analizó.

“El uso de antibióticos en el primer año de vida aumentó 240 % el riesgo de ser asmático y 210 % de presentar rinitis alérgica a los 6 o 7 años, aunque ese efecto de riesgo no se vio en los niños rurales -remarcó el doctor-. Finalmente, afirmó que la “exposición de los niños menores de un año a animales de granja, sobre todo vacas de tambos, le confiere protección para asma y rinitis alérgica, porque seguramente ese contacto con vacas le modifica la inmunidad al bebé, y neutraliza el efecto de riesgo de los antibióticos”.

Fuente: El Litoral

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