Lo acusan de ser el cabecilla de una organización integrada por varios reclusos de la Unidad 30 de General Alvear.
Un exjefe policial que en 2017 había sido condenado a seis años de prisión por haber encubierto y dado protección a delincuentes que cometían entraderas en San Isidro, volvió a ser detenido acusado de liderar una banda que extorsionaba presos en el penal bonaerense de General Alvear, informaron hoy fuentes policiales y judiciales.
Se trata del excomisario inspector Raúl Antonio Papa, quien hace diez años era, como jefe de distrito, la máxima autoridad de las 11 comisaría de San Isidro.
Papa fue detenido en los últimos días en un domicilio de la localidad de Banfield, donde hace pocos meses cumple la última etapa de su condena con el régimen de «libertad asistida», por orden del fiscal Cristian Citterio, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 20 descentralizada de General Alvear, que depende del Departamento Judicial de Azul.
El fiscal le imputa el delito de «extorsión», luego de una investigación en la que se lo acusa de ser el cabecilla de una organización integrada por varios reclusos de la Unidad 30 de General Alvear, que depende del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), que intimidaba y amenazaba con «facas» a presos para que entregaran sus posesiones en el penal y transfirieran dinero a cuentas bancarias a cambio de no ser lastimados.
Tanto fuentes judiciales como policiales indicaron a Télam que en total, son cinco las detenciones que se efectivizaron en el marco de este expediente, tres internos de la Unidad 30 y dos externos, entre ellos, Papa.
Según la investigación, la banda estaba integrada por exefectivos de distintas fuerzas de seguridad y uno de los tres presos de la Unidad 30 que ahora también quedó detenido e imputado por esta nueva causa es Gorgonio Alcides Díaz, el exintegrante de Prefectura Naval Argentina (PNA) que fue condenado por el robo en 2013 en la casa del actual presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Sergio Massa.
Los otros dos reclusos acusados fueron identificados por las fuentes como Claudio Alejandro Ibarra y de José Aubert, mientras que el quinto, que fue apresado en la localidad bonaerense de Ranchos, es Gastón Alberto Escobar.
Papa, quien está exonerado de la fuerza, fue detenido en 2011 tras una investigación del actual fiscal general adjunto de San Isidro, Patricio Ferrari, quien probó a través de escuchas telefónicas que una banda de asaltantes que él investigaba y estaba compuesta por expolicías, tenía el amparo del por entonces jefe policial de la zona.
La causa se inició el 5 de agosto de 2011 cuando un empresario del juego, Jorge Pereyra, fue asaltado al regresar de cenar e ingresar con su Mercedes Benz al garaje de su domicilio de Tomkinson al 3300, de San Isidro.
La banda llegó a robarle algunas pertenencias, pero fue puesta en fuga por la esposa de la víctima, que desde una ventana efectuó una serie de disparos, y por el hijo del empresario, que llegó y chocó uno de los vehículos de los delincuentes.
En ese auto quedaron celulares que fueron analizados y de los cuales surgieron escuchas donde el comisario Papa quedó expuesto como encubridor de la banda.
«En el escritorio de mi oficina tengo lo que me mandaron que están investigando. Están en bolas», le dijo Papa a uno de los integrantes de la banda, según surge de una de las intervenciones telefónicas.
En el juicio realizado en 2017, el Tribunal Oral Criminal (TOC) 6 de San Isidro condenó a Papa por el delito de «encubrimiento doblemente agravado por tratarse de un funcionario público y por ser consecuencia de un hecho especialmente grave» a la pena de seis años de cárcel, en una causa en la que hubo otros cuatro condenados.