Juan Carlos Rubio trabajaba en el taller gráfico de Diario Popular. Lo asesinaron a golpes en su casa de Dock Sud, en julio de 2021. Pasó más de un año y medio y en el expediente hay dos sospechosos pero aún no fueron detenidos. Sus allegados temen que el crimen quede impune.
Fuentes judiciales confirmaron que en la causa que tramita en la UFI 3 de Avellaneda hay dos imputados identificados pero que “aún no están detenidos”, no se sabe los motivos por los cuales continúan en libertad estando identificados, lo que denota un deficiente trabajo policial.
Los investigadores sostienen que el móvil fue un robo en el transcurso del cual la víctima llegó a su casa y reconoció a los delincuentes. Esto habría llevado a los asesinos a atacar ferozmente al trabajador gráfico.
Los nombres de los dos imputados no fueron revelados porque los investigadores apuntan a que el hermetismo les garantice llegar a ellos. No obstante, los allegados a Rubio temen porque el tiempo pasa y no hay novedades sobre los acusados.
El hecho fue descubierto el 8 de julio de 2021 en una casa ubicada en Virrey Vértiz al 1000, entre Irala y Defensa, de Dock Sud, , donde la víctima, identificada como Juan Carlos Rubio (54), vivía solo.
Fuentes judiciales informaron que el hombre, quien desempeñaba sus tareas en la sección Mantenimiento de la imprenta del Diario Popular, debía regresar a trabajar.
Sin embargo, Rubio no volvió en toda la semana, por lo que sus compañeros comenzaron a preocuparse hasta que la Policía fue convocada a su domicilio.
Los efectivos observaron a través de una ventana que el empleado estaba tirado en el piso y cubierto por una frazada, tras lo cual tuvieron que romper la cerradura para ingresar al inmueble.
Según las fuentes, la víctima presentaba varios golpes en el cráneo y estaba atado de pies y manos con una soga.
A simple vista, el médico legista también determinó que en su cuello había un surco que posiblemente fue provocado con un cable para asfixiarlo.
Los voceros añadieron que el o los delincuentes le sustrajeron algunos elementos de valor, como un televisor.
Una de las hipótesis era que Rubio conocía a sus agresores debido a que la puerta no había sido forzada y éstos aprovecharon la situación para robarle.
Las fuentes dijeron que la casa estaba revuelta como si hubieran buscado algún dinero que el hombre pudiera tener ahorrado.
La causa quedó en manos del fiscal Elbio Laborde, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 3 de Avellaneda.