El pasado martes 26 de mayo, por la tarde-noche, los vecinos de las calles Gibraltar y De La Serna, en Gerli, comenzaron a sentirse mal, algunos sentían dificultades al respirar e irritación en los ojos, cuando descubrieron lo que sería el origen de lo que ocurría en este barrio que es lindero con lo que se conoce como el «polo industrial» llamaron al 911.
En el lugar pudimos reconstruir desde El Sindical, la policía llegó al lugar, los vecinos señalaron lo que es una especie de galpón a cielo abierto y según una familia que vive en el lugar con varios niños, desconocidos abrían ingresado por los fondos, es decir aprovechando el arroyo de Sarandí, para hurtar maderas y otros objetos que se encontraban en el predio, oportunidad en la que abrieron algunos de los contenedores (unos 20) de 200 litros que contenían sustancias tóxicas y que no se sabe por qué se encontraban allí.
Los primeros policías en llegar comunicaron la novedad a sus superiores y se les ordenó no acercarse ni manipular los tachos por lo que se llamó a los bomberos voluntarios, policía ecológica y defensa civil, además de que se procedió a una evacuación preventiva de los vecinos linderos y corte de calles con cinta de peligro.
Si bien el operativo fue amplio, curiosamente ni los medios locales, ni el municipio como suelen hacer en estos casos informaron a los vecinos sobre el hecho.
Los vecinos que entrevistamos, incluso señalaron que en el predio donde se encontraron los residuos tóxicos, vivía una anciana que enfermó y falleció, pero nunca se supo qué la enfermó y de qué murió, temiendo pudiera haber sido víctima de alguna intoxicación.
De los organismos consultados, derivaron la respuesta a Defensa Civil del municipio de Avellaneda, a cargo de Juan Santos, indicando que tenían la investigación del contenido de los tachos, en comunicación con el director del organismo, este confirmo el hecho, aseguró que se le explicó a los vecinos sobre los pasos a seguir, que no corren riesgo y que solo resta el informe sobre el estudio del suelo, incluso señalo el funcionario que se le dio intervención a la justicia federal de Quilmes, interviene el Juez Armella. También destacó el funcionario que el dueño del lugar no se hizo presente a la fecha a pesar de haber sido citado por lo que todos los gastos al momento fueron cubiertos por el municipio, a lo que le manifestamos que esperamos se hagan las gestiones necesarias para que se le cobren esos gastos.
El hecho de por sí demuestra que no existen debidos controles sobre las empresas que se ubican en el lugar, recorrimos el lugar y pudimos observar que el arroyo Sarandí a esa altura se encuentra totalmente sucio, contaminado y taponeado por el material que descargan las empresas entre ellas una que se dedicaría a la fabricación de jabón, un detalle curioso, no visto en otros polos industriales, es que las empresas, no poseen ningún cartel que indique nombre y actividad.
Esto se suma a las denuncias que desde este medio seguimos realizando contra el municipio, las autoridades de ACUMAR y el Defensor del Pueblo de Avellaneda Sebastián Vinagre por no controlar la contaminación ambiental que afecta la salud de los vecinos, un dato que nos sigue haciendo ruido, algunas de las empresas son clientes de la escribanía Vinagre, negocio familiar del mencionado defensor del Pueblo, saquen ustedes sus conclusiones.
Por Marcelo Ricardo Hawrylciw
