Cada vez más productos incorporan elementos tecnológicos. Conocé dos desarrollos que siguen esta tendencia.
Desde encender las luces de una casa y rotar las cámaras de seguridad hasta controlar la velocidad del auto, todo esto se puede hacer hoy con un smartphone. “Vamos hacia el Internet de las Cosas”, dijo Fernando Arrieta, Gerente de Ingeniería de Producto de Lo Jack. De lo que se trata es de “humanizar la tecnología”, integrarla a los aspectos más cotidianos de la vida diaria.
Un ejemplo de esto es Car Safe, la aplicación que Lojack lanzó junto a Peugeot el año pasado. Mediante un dispositivo instalado en el vehículo, los clientes pueden conocer el estado general del automóvil así como crear un registro de los desperfectos mecánicos. También son alertados sobre promociones o la fecha del próximo service o la ubicación de la concesionaria más cercana a través de notificaciones en el celular.
LoCar es otra aplicación que desarrolló la empresa y permite configurar, entre otras cosas, velocidades máximas, las zonas por donde quiere que ese vehículo circule, los horarios, e incluso informa -gracias a un sensor de choque con el que cuneta el dispositivo- si el auto estuvo involucrado en un accidente.
“Está orientado a padres de familia con hijos adolescentes que quieren saber por dónde circulan y a qué velocidad, por ejemplo”, describió Arrieta. Aunque Internet de las Cosas viene experimentando un desarrollo particular en la industria automotriz, a partir de los autos inteligentes o el prototipo de auto no tripulado creado por Google, estos avances también se pueden incorporar en el hogar.
“Encender o apagar las luces, abrir el garaje, monitorear las cámaras de seguridad, todo se puede hacer de forma automatizada”, comentó Arrieta. Pero todo este desarrollo tecnológico quedaría fuera de contexto sino estuviera acompañado por la evolución de las ciudades. En Berlín, por ejemplo, es el propio municipio el que transmite la información del tráfico en tiempo real a través de los sensores y cámaras, que tiene diseminados a lo largo de la ciudad. Esta tecnología no es patrimonio exclusivo de los países desarrollados.
“El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires -por ejemplo- tiene información de cámaras y del tráfico pero no lo brinda en un servicio público”, comentó Arrieta. De todas maneras, reconoció que “hay un interés de los gobiernos para brindar seguridad vial”, aunque “falta pensar un poco más a mediano y largo plazo una integración mayor a nivel nacional”.
